La divisa de Miura vivió una jornada excepcional para celebrar el 175 aniversario de la ganadería. En la finca familia de Los Gallos, limítrofe con Zahariche, término municipal de Lora del Rio, se reunió un nutrido grupo de invitados, “en realidad son todos amigos”, en palabras de Eduardo, para presenciar una jornada con tienta de vacas a campo abierto con acoso y derribo y toreo de muleta por parte de dos toreros ligados de manera significativa a la casa: Pepe Luis Vázquez Silva y Eduardo Dávila Miura. Los titulares de la ganadería, Eduardo y Antonio, montaban a caballo para participar en el tentadero.

Los invitados legaron con puntualidad a la cita de las once de una mañana soleada a esas horas, muy calurosa a primera horas de la tarde y muy ventosa en algunos momentos. Junto al corredero se habían preparado remolques en los que los asistentes pudieron presenciar las faenas de campo con la mayor comodidad. Allí llegaron, entre otros, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba; Santiago León Domecq, fiscal de la Real Maestranza de Caballería; los ganaderos José Murube, Aurora Algarra, Leopoldo de la Maza, Álvaro Martínez Conradi, Sancho Dávila y Antonio Navarro; el rejoneador Javier Buendía; el caballero Ignacio Sánchez-Ybargüen,  y Manolo González, torero, apoderado y ganadero., así como Demetrio Pérez, director de Política Interior de la Junta de Andalucía. “Muchos invitados no han podido acudir porque es jornada laboral en mitad de semana”. Más de 170 amigos fueron testigos de esta celebración histórica.

Hasta 24 caballistas participaron en las faenas de acoso y derribo, aunque la voz cantante la llevó Eduardo Miura Fanjul, un experto jinete, que compitió con diversos miembros de la familia Domecq, que encabezados por Álvaro Domecq Romero dieron muestras de su gran categoría con las cabalgaduras. Se soltaron seis vacas en el corredero, que tras el acoso y derribo fueron tentadas en el caballo y toreadas por los matadores a campo abierto.

Se vivieron escenas de una belleza excepcional. El corredero de la finca Los Gallos reúne las condiciones ideales para esta labor tan hermosa. Las vacas embistieron con gran nobleza y ello permitió a Pepe Luis y Eduardo torear a placer entre la yerba algo crecida de la primavera andaluza. Al final de cada vaca tentada, el joven Pablo Guerrero Domecq, rejoneador en ciernes, sobrino nieto de Álvaro, puso de manifiesto su buena monta y las condiciones que atesora para ser un rejoneador de futuro. El mismo Álvaro Domecq colocó banderillas con precisión.

Eduardo Miura y Antonio Miura estuvieron presentes en cada momento de la mañana, sobre todo al acosar y derribar algunas veces, así como en su asesoramiento permanente a los matadores, que pudieron torear vacas muy nobles a pesar de viento molesto que se presentó como invitado indeseable.

En el alto realizado tras la cuarta vaca, cuando ya el reloj había superado la una de la tarde y el calor parecía agosteño, hubo un pequeño descanso para hablar con los protagonistas. Eduardo Miura Martínez se mostraba satisfecho por el desarrollo del tentadero. “Es un día muy importante para la familia Miura. Cumplimos 175 años como ganadería, algo que es todo un logro y que hemos querido celebrar con nuestros amigos. En una fecha como ésta me tengo que acordar mucho de mi padre, que para mí fue un modelo por la manera de llevar la ganadería. Hubiera sido muy feliz con nosotros, pero seguro que se muestra orgulloso de cómo estamos manteniendo su legado y el de todos nuestros antepasados”.

También Antonio Miura rebosaba felicidad mientras permanecía atento al tentadero y departía con los invitados, una tarea en la que Mari Paz y Cristina, esposas de los hermanos, se desvivieron de manera generosa y atenta. Antonio recordó que “ya hubo otra celebración parecida cuando la ganadería cumplió 100 años en 1942, pero en aquella ocasión se lidiaron en la plaza de tienta tres utreras por parte de Rafael El Gallo, Luis Fuentes Bejarano y Javier Moreno de la Cova. Nosotros no lo pudimos presenciar, pero es algo que se comentó siempre en la familia como un día excepcional, aunque creo que lo de hoy lo ha superado”.

Fue superado porque fue una jornada campera histórica por el propio significado de los 175 años, pero también porque los toreros participantes están muy ligados a la casa Miura. Es el caso de Pepe Luis Vázquez Silva. “Es que casi me he criado aquí en Zahariche. Ya se sabe la amistad que tenía mi padre con don Eduardo, el padre de los actuales ganaderos. Tentaba aquí todos los años, de forma que hoy siento que estoy representando a mi padre, porque yo no he matado muchos de Miura, pero mi padre sí que lo hizo muchas veces”.

Pepe Luis pudo torear a gusto en muletazos de cartel a las vacas de Miura en la tranquilidad del campo. “Es una maravilla torear a campo abierto, es verdad que hace algo de viento, pero tienes la sensación de que eres el dueño del mundo”. Algunos muletazos de Pepe Luis fueron jaleados por los presentes. ¿Era una preparación ante los compromisos que se avecinan? “Bueno, siempre está bien torear estas vacas. Tengo que ir a Granada, a un festival a Bilbao y a una corrida en verano en El Puerto. Y si sale algo que conviene, pues ya veremos”.

Eduardo Dávila Miura se mostró en perfecto estado ante su compromiso de Madrid. “Me veo bien, como estaba para Sevilla y Pamplona, aunque entiendo que esto de Madrid es algo especial. Es un reto, mis tíos se portan muy bien conmigo, es el veinte aniversario de mi alternativa y los 175 años de Miura. Iremos a Madrid con dignidad y con la intención de estar a gusto”.

Eduardo Miura justificó el tentadero a campo abierto “como algo más vistoso para los invitados, es una faena bonita y alegre, aunque no es que sea mi preferida para probar a las vacas”. Dávila Miura matizó que “el campo abierto logra que las vacas bravas sean más bravas, lo mismo que las mansas también se decantan antes”.

Estaba previsto que acudiera al tentadero otro matador de toros con una estrecha relación con la casa Miura, tal como Francisco Ruiz Miguel, pero el torero gaditano no pudo desplazarse por unos achaques de salud. Todos hicieron votos para que el torero de la Isla, el que más corridas de Miura ha estoqueado, se reponga en breve.

Pasados las tres de la tarde finalizaron las faenas camperas en Los Gallos. Los invitados pasaron a Zahariche donde se sirvió un almuerzo en el que los hermanos Miura ofrecieron su afecto a todos, se mostraron satisfechos por el momento actual de la ganadería y se brindó por muchos años más en el futuro de la mítica y legendaria divisa. Antes de llegar a Zahariche, en un apartado estaban algunos toros que se lidiarán en Sevilla. “La autoridad ya ha venido a verlos, les han gustado en general y es una corrida para Sevilla. Cuando alguno dijo que un toro le parecía que bajaba algo, le contesté que eso lo decía porque no estaba delante del toro”.

Eduardo explicó que este año será similar a los pasados, “aunque volveremos a Bilbao y estamos hablando `para una segunda corrida en Madrid, pero eso es algo que todavía no está definido”.

Ya Zahariche era una fiesta cuando el sol caía a plomo camino de esconderse en el horizonte. La ganadería más señera de la historia del toreo cumple 175 de años en manos de la misma familia, algo que es extraordinario, tal y cómo fue la jornada vivida en la campiña de Lora del Río. Las felicitaciones llovieron al final para unos anfitriones que se sintieron los depositarios de un pasado que quieren conservar a toda costa.

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