Santana Claros (Foto: Álvaro Pastor Torres)

Carlos Crivell.- Entre los tres novilleros solo habían toreado en seis festejos en la pasada temporada. Así llegó a Sevilla la terna. Así está el panorama de la novillería. Deben llegar a las plazas de máxima responsabilidad para arreglar su futuro. Los que lidiaron la de Villamarta estuvieron valientes, afanosos e inexpertos. La novillada, mansa y corretona, se dejó en la muleta en distinto grado y su mejor virtud fue la de no querer coger a los incipientes toreros. Con más bagaje de los lidiadores el resultado hubiera sido distinto.

El malagueño Santana Claros tiene buen corte de torero, quiere hacer las cosas despacio y no está exento de valor. Al primero le hizo una faena muy larga a media altura. Hubo muchos pases y entre ellos algunos de calidad. El cuarto, berreón y poco repetidor, tenía emoción en sus arrancadas. Los lances a la verónica marcaron la cima de su tarde sevillana. Los lances tuvieron hondura y cadencia. De nuevo hubo muletazos de calidad sueltos, aunque le faltó la ligazón. El torero de Fuengirola dejó una buena impresión.

El cordobés Lagartijo es muy animoso. Con el segundo, manso y con genio, pero que metió la cara, hizo una faena valiente con fases de toreo más ligado. Siempre estuvo en novillero. En su afán por estar lucido llegó a ser atropellado sin graves consecuencias. Pasó a la enfermería y fue atendido de una contusión en el brazo. El quinto fue encastado, pedía distancia, y el cordobés lo ahogó para verse desbordado en muchos momentos. La voluntad presidió de nuevo su faena. El toro fue a menos y la cosa quedó en tablas.

Rodrigo Molina tiene buenas maneras pero su inexperiencia es manifiesta. El primero de su lote, un sobrero alto que nunca humilló, le permitió estar firme y le robó algunos pases que dejaron entrever su buen estilo. No anduvo muy acertado con la espada. El sexto, más vareado, embistió descompuesto a la muleta del sevillano. Molina le echó voluntad aunque no se acopló al de Villamarta, siempre molesto y echando la cara arriba. Surgieron algunos muletazos de calidad y en otros se vio apurado. Eso sí, Rodrigo Molina tiene temple.

Así fue la novillada, larga, algo tediosa, con tres chavales que se presentaban en Sevilla con poca experiencia y una novillada que pedía los papeles.

Plaza de toros de Sevilla, 28 de mayo de 2017. Novillada de abono. Media plaza. Seis novillos de Villamarta, el tercero lidiado como sobrero, bien presentados, mansurrones y de juego variado. Nobles, 2º y 4º. Encastado, el 5º.
Saludaron en banderillas Manuel Fernández y Ángel Luis Carmona.
Santana Claros, de verde y oro. Pinchazo y estocada trasera (silencio tras aviso). En el cuarto, estocada caída y perpendicular (saludos).
Lagartijo, de azul marino y oro. Estocada caída (saludos). En el quinto, pinchazo y estocada baja (silencio).
Rodrigo Molina, de grana y oro. Pinchazo, casi entera y cuatro descabellos (saludos tras aviso). En el sexto, tres pinchazos y estocada atravesada (silencio).
En la enfermería fue atendido Lagartijo de: “Contusión en bíceps braquial izquierdo y región axilar, presentando dolor local y déficit braquial leve por contusión del plexo. No afectación de movilidad articular. Tratamiento antiinflamatorio tópico y por vía general. Pronóstico leve. No le impide continuar la lidia”.

A %d blogueros les gusta esto: