Luis Carlos Peris.- Leyenda o verdad, una frase resume una filosofía de vida. Es cuando El Cordobés, el mismo que luego pararía la vida de todo un país agolpándolo ante el televisor, le dijo a su hermana Angelita «te visto de luto o te compro una casa». Y no vistió de luto a su segunda madre, sino que le compró una casa para después comprar muchas más casas. El toreo era ese mismo clavo ardiendo que el boxeo era en el Bronx o en Chicago para una vida mejor y Manuel Benítez logró la culminación de ese sueño. Pero todo cambió y ahora tienen los chavales que vender la casa de sus padres para poder torear. Antes se hacían toreros para comprar una casa y hogaño han de vender esa casa para que los pongan en unas novilladas cada vez más escasas. Y así se ve cómo llegan a Sevilla y Madrid novilleros que apenas han toreado, sin un mínimo del oficio imprescindible para no estrellarse.

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