Los novilleros, antes del paseíllo. Foto: Álvaro Pastor Torres

Carlos Crivell.– El novillero de La Puebla del Río Daniel de la Fuente cortó la única oreja del tercer festejo de promoción celebrado en la plaza sevillana. Con esta oreja se clasificó para la final, en la que actuarán los cuatro novilleros que han logrado pasear un trofeo en el ciclo. Se lidiarán ocho novillos de La Peregrina por Daniel de la Fuente, Rocío Romero, Manuel Diosleguarde y Francisco de Manuel.

De la Fuente sorteó el novillo con más posibilidades de la noche. El espigado chaval se lució a la verónica antes de realizar una entonada faena de muleta con buen concepto, sobre todo cuando manejó la mano diestra. Con tranquilidad, fue conformando una labor que alcanzó su mayor altura en una excelente tanda de derechazos y en los ayudados a media altura del postre. Mató con acierto y paseó el trofeo entre el gozo de sus muchos seguidores.

El novillo que abrió la noche fue complicado y le puso las cosas muy difíciles al sevillano Rodrigo Pipio, que casi no pudo mostrar sus condiciones. Se fue a portagayola en gesto de ambición, pero con la muleta fue atropellado varias veces. Magullado, sin zapatillas ni chaquetilla, acabó pronto con su enemigo.

La novillada entró en fase de toreo técnico con Alfonso Ortiz, brillante con el capote y muy preparado con la muleta. Toreó más con la derecha, algunas tandas resultaron limpias, no pudo explayarse con la zurda y lo mató mal.

El albaceteño José Fernando Molina planteó su faena con la izquierda. También demostró que tiene ya el oficio aprendido. Mientras el eral quiso embestir su labor fue más que notable. Al rajarse el de Muñoz, el aspirante le buscó las vueltas con circulares, espaldinas y manoletinas.

Alejandro Adame, el más joven de la familia, también dejó claro su buen oficio. Larga a portagayola antes de unos lances de muy buena factura. El mexicano brindó a Morante. Ante un novillo con la cara alta y brusco, Adame se mantuvo firme, logró tandas de toreo templado y solo su deficiente uso de la espada le privó de un premio.

El novillero de Málaga Álvaro Passalacqua tiene personalidad. Trata de torear despacio con buen gusto y maneras que recuerdan a su paisano Conde. El novillo no le ayudó mucho, pero dibujó muletazos de calidad, tal vez los mejores de la noche en una faena a la que le faltó continuidad. Había brindado a Morante y a Pepe Luis Vázquez.

Plaza de toros de Sevilla. 20 de julio de 2017. Tercer festejo de promoción sin picadores. Más de media plaza. Seis erales de Cayetano Muñoz, bien presentados y juego variado. Exhibieron movilidad en general, aunque mansearon. El mejor, el 2º.

Rodrigo Pipio, de Sevilla, coral y oro: Silencio. Fue asistido de un varetazo corrido cara anterior muslo derecho y contusión región dorsal. Pronóstico: Leve.

Daniel de la Fuente, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, tabaco y oro: una oreja tras aviso.

Alfonso Ortiz, de la Fundación ‘El Juli’, lirio y oro: saludos tras aviso.

José Fernando Molina, de la Escuela Taurina de Albacete, nazareno y oro: palmas tras aviso.

Alejandro Adame, de México, lila y oro: silencio tras dos avisos.

Álvaro Passalacqua, de la Escuela de la Diputación de Málaga, celeste y oro: vuelta al ruedo.

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