Luis Carlos Peris.– Apagada la luz de los farolillos y con los adentros contritos por la muerte de José el Pío, hoy toca discernir qué fue lo mejor de cuanto aconteció en el ruedo del Baratillo. Esta tarde, el jurado de la Maestranza anunciará urbi et orbi que El Juli se ha fumado todo el tabaco de la Feria y que a ver quién le pone un pero a lo que cuajó el lunes con la corrida de Garcigrande en general y con Orgullito en particular. Los premios que otorga la Real Maestranza de Caballería son los que podrían considerarse como los Nobel de la Feria, el mascarón de proa de una infinidad de premios que sólo sirven para minusvalorar la cosa. En medio de tanto premio como se otorga en ésta nuestra querida ciudad, a los de la Maestranza sucederán los del Cortinglés, pero las dudas de otros años se han paliado en éste. Y es que lo del Juli el lunes 16 ya está en los anales de la plaza para los restos.

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