Carlos Crivell.- Se anunció como desafío ganadero de la Ruta del Toro. No fue una corrida concurso de ganaderías. El tercio de varas, fundamental en este tipo de corridas, fue el mismo trámite de todas las tardes, aunque el toro de Santiago Domecq derribó con poder y mandó al callejón a Óscar Bernal y a su cabalgadura, tras abrirse una puerta, en el que se jugó en primer lugar. El premio quedó desierto en una decisión acertada, aunque bien se lo pudieron llevar el de Torrestrella o el de El Torero, pero no hubo un toro completo.

El que abrió plaza, de Carlos Núñez, volvió a los corrales por su manifiesta f alta de fuerzas. Antes había cogido a Garrido, el extremeño se había caído, sin que pasara nada serio. Se corrió el turno y salió un buen toro de Santiago Domecq, rematado en el tipo de la casa, que fue un manso encastado, aunque siempre queda la duda si fue genio. Derribó en la vara de Bernal y apenas sangró. Llegó vivo y con movilidad a la muleta de Garrido. Fue una papeleta nada fácil que resolvió el torero entre cierta indiferencia del tendido. Le expuso mucho, le consintió una barbaridad, para poder lograr algunas tandas de mayor valor que expresión. El toro acabó en tablas y allí le buscó las vueltas.

El sobrero de Carlos Núñez lidiado como cuarto tenía bonitas hechuras y muy poca clase. Garrido se lució en unos delantales y tropezó con un animal gazapón y de embestidas con la cara alta. El esfuerzo de Garrido fue inútil. El de Núñez acabó frenado. Con un lote poco afortunado, Garrido anduvo algo espeso signo de los tiempos que corren, acabó con manoletinas sin que antes hubiera podido lucirse. Y mal con la espada.

El de Bohórquez también era un toro guapo en sus hechuras murubeñas. Pero solo guapo. Fue noble, pero embistió cansino y acabó hundido como señal de falta de casta. Ginés Marín se lució en un quite por gaoneras, anduvo valiente  e insistente para conseguir algunos pases templados. En el adorno de las manoletinas sufrió una cogida aparatosa sin consecuencias.

Con el precioso burraco de El Torero, Marín realizó una faena templada en la exhibió su buen embroque. Casi toda la faena se basó en la derecha. Acabó con tandas de toreo continuado, en forma de noria o tiovivo, algo que se está imponiendo y que no es bueno que se prodigue tanto. Después de las bernadinas de rigor, acertó a la primera y paseó la oreja.

Joaquín Galdós saludó con verónicas y chicuelinas jaleadas al tercero de Torrestrella, otro animal bien presentado, que se movió alegre en la muleta antes de acabar parado. Galdós le puso corazón a su labor en una faena de mucho gesto y expresión, con toreo de compás muy abierto, pero sin duda con transmisión. Puso de su parte mucha entrega, como en los molinetes de rodillas, pero el toro echó el freno y la faena se vino abajo. Mal con la espada.

El sexto, de Torrealta, fue brusco y llevó la cara por las nubes. El peruano logró tandas con la derecha muy apañadas en una faena de muchas ganas más que de toreo de altura. La efectividad de la estocada final le permitió pasear una oreja.

Tres horas de corrida, el premio al toro desierto y poco contenido en la primera de Algeciras. Se prometen mejores emociones en los festejos del jueves y el viernes.

Plaza de toros de Algeciras. 27 de junio de 2018. 1ª de Feria. Tres cuartos de plaza. Toros de Santiago Domecq (encastado y manso); Fermín Bohórquez (noble y descastado); Torrestrella (noble aunque a menos); Carlos Núñez, sobrero (sin clase ni casta); El Torero (noble y justo de casta), y Torrealta (brusco y desclasado). Se devolvió el primero de Carlos Núñez por invalidez manifiesta. Todos bien presentados. El premio al mejor toro quedó desierto. Saludó en las banderillas del sexto Jesús Aguado.

José Garrido, de verde botella y oro. Estocada tendida y caída (saludos tras aviso). En el cuarto, dos pinchazos y estocada (silencio)

Ginés Marín, de tabaco y oro. Estocada corta trasera (saludos).  En el quinto, estocada (una oreja).

Joaquín Galdós, de tabaco y oro. Pinchazo, pinchazo hondo que se hundió y dos descabellos (saludos tras aviso). En el sexto, estocada (una oreja).

 

 

 

 

 

 

 

 

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