Rocío de la Oliva Martos.– Se anunciaba en el carte como «Corrida Mixta Extraordinaria» por las dos figuras que llevaban el peso, Morante de la Puebla y José María Manzanares, acompañados del rejoneador Jõao Telles Jr. Cuatro toros de Paulo Caetano y dos de rejones de Ribeiro Telles.

De la corrida poco podemos decir, más que un total desastre. Poderío absoluto del de la Puebla que quería dar una gran noche, y detalles capoteros de Manzanares que ni si quiera pudo deleitarnos con la suerte suprema puesto que en Portugal no existe.

Menos mal que estaba Curro, que no necesita más presentación que esa: Curro. El Faraón fue homenajeado por la afición lisboeta al terminar el paseíllo. Morante y Manzanares descubrieron un azulejo en el centro del ruedo que colgará en algún lugar especial de esta encantadora plaza. Con los tendidos casi llenos, Curro sonriente desde el balcón n°1 recogió la ovación cuando recordaron el motivo de tal homenaje, sesenta años de su presentación como novillero aquí y salida por la puerta grande. Cinco vueltas al ruedo tuvo que dar el joven Romero, una historia memorable tal y como explicaron por la megafonía de la plaza.

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