Málaga: 5ª de Feria – Fortes se salva a medias con el de Victorino

Carlos Crivell.– El compromiso de Fortes no congregó ni a media plaza. A pesar de ello, los que fueron a La Malagueta no escatimaron su apoyo al diestro malagueño desde que salió al ruedo hasta que finalizó la corrida. El asunto de las corridas de un solo matador con seis toros en las ferias no está muy justificado. A Fortes no le ayudó el ganado. Solo pudo torear a gusto al de Victorino. Apenas hubo toreo de capa, unas valientes gaoneras, unas chicuelinas y un galleo se cuentan como lo más positivo. Se mostró sereno y trató en todo momento de torear con pureza, lo que debe contar en el lado bueno de su balance. Muy irregular con la espada, la estocada al primero fue la mejor. El balance fue de una oreja. Al de Victorino debió cortarle las dos, pero el pinchado en el que resultó cogido se las quitó. La oreja del sexto es una anécdota. Era innecesario forzar esa concesión, pero el público le quiso premiar por toda su tarde. 

Abrió plaza un toro de Virgen María, grande y soso, noble pero apagado, con el que Fortes ya puso en práctica una de las constantes de la tarde: el toreo con la izquierda. Lo recibió a portagayola en detalle de disposición. La faena fue de altibajos a un toro tan noble como soso. La estocada podía haber sido de premio.

Con los toros de La Palmosilla y Victoriano del Río el torero hizo un esfuerzo con poca recompensa. Con el primero, toro de escasa acometividad y de breve duración, dibujó muletazos muy buenos con la izquierda, casi siempre la zurda como protagonista, en los primeros compases. El animal no permitió más faena. El de Victoriano del Río, a un mes de los seis años, conocido hasta en los corrales de Pamplona, fue un toro con pocas fuerzas que, además, se lastimó en una costalada. Ante la poca humillación del viejo toro, Fortes no acertó ni en la distancia ni en el temple.

El toro de Victorino cambió la corrida. Fue una lástima que su embestida boyante y humilladora fuera una luz fugaz. Fortes estuvo muy bien. Se puso en el sitio y fue capaz de dibujar, ahora con la derecha, muletazos muy lentos y ligados. Todo lo que se hace con Victorino llega mucho al tendido. La faena perdió toro y hubo algo de confusión, pero fue capaz de ligar cinco naturales a cámara lenta citando de frente como epílogo de su labor. Fue la gota que llevó el clamor a la plaza. Resbaló el acero y resultó encunado. La espada viajó después muy atrás y tendida. Se pidieron las dos orejas; con una estaba premiado.

Se fue a la enfermería a tratarse una herida en el muslo izquierdo. Se postergó la operación para el final de la corrida. Salió para ponerse delante de un manso y tullido de José Vázquez, que brindó a su padre. Le dio muchos muletazos de distinto formato en los que el toro no ayudó nada. Fue una labor larga de mucha voluntad.

El de Jandilla se partió el pitón en banderillas. El palco fue generoso y lo devolvió a los corales. Salió un sobrero de El Ventorrillo, alto y aparatoso, que no humilló nunca. Se sentó en una silla en dos por alto. A media altura robó pases por fuera carentes de emoción. Solo puso exhibir buena voluntad y una persistencia indesmayable. La oreja que paseó estaba fuera de lugar.

Plaza de La Malagueta, 16 de agosto de 2017. 5ª de Feria. Menos de media plaza. Toros, por orden de salida, de Virgen María, noble y soso; La Palmosilla, descastado; Victoriano del Río, flojo y apagaido; Victorino Martín, noble y encastado, aunque a menos en la muleta; José Vázquez, manso y tullido; y El Ventorrillo, lidiado como sobrero por uno de Jandilla que se partió un pitón, manso y descastado. Saludó en banderillas Iván García. Fortes resultó herido en el cuarto y fue atendido de una cornada de 15 centímetros en el muslo izquierdo.

Fortes, de malva y oro. En el primero, estocada (vuelta al ruedo). En el segundo, pinchazo hondo (vuelta al ruedo). En el tercero, pinchazo hondo (saludos tras aviso). En el cuarto, pinchazo y estocada muy tendida y trasera (una oreja tras avso). En el quinto, dos pinchazos y estocada (saludos tras aviso). En el sexto, estocada tendida y trasera (una oreja).