Carlos Crivell.- El texto de la recusación de Ana María Romero, presidenta de la plaza de Málaga, de cuatro asociaciones de profesionales de taurinos es una gran novedad que ha causado sorpresa en el mundo del toro. No es habitual que se recuse a un presidente, pero en este caso la recusación de Ana María es más sorprendente porque no es el presidente más cuestionado por su labor en las plazas de toros españolas.

El documento de la petición de recusación, al cual tuvimos ayer acceso, es una caja de sorpresas. Se firmó el día 25 de junio por Juan Diego Vicente (Unión de Toreros), Simón Casas (ANOET), David Prados (UNPBE) y Luis Rodríguez Mellado (ASNAME). No fue entregado hasta el 18 de julio en el registro de Instituciones Penitenciarias, dependiente del ministerio de Interior. El mundo de los toros, tan obsesionado porque deben estar en Cultura, ahora que ya están en el mismo dirige sus peticiones a Interior y a Instituciones Penitenciarias. También sorprende que fuera admitido.

El documento en el que se pide la recusación de Ana María Romero permanece en Madrid. La intención de los firmantes era que fuera mandado a la Delegación de Gobierno de Málaga, de hecho se dirige a esta delegación que depende de la Junta de Andalucía. Es posible que el cambio de ministro haya frenado el proceso. Ni en la dirección de Política Interior de la Junta en Sevilla ni en la Delegación de Málaga hay constancia del mismo. Sin embargo, conocen el contenido del mismo.

En primer lugar exponen que los firmantes forman parte del Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía y de la Comisión Nacional de Asuntos Taurinos.  Después se refieren a que en los últimos años ha recibido quejas de sus afiliados en relación con el desempeño del cargo de la presidenta de la plaza de Málaga, Ana María Romero Fernández. Estas quejas tienen relación con los reconocimientos de las reses, porque mantienen que el número de toros rechazados por su equipo es superior al de otros presidentes. Ello, afirman, supone un criterio extrañamente riguroso. (En Málaga desde hace más diez años hay solo dos equipos).

En el punto tercero se refieren a que la presidenta tiene un comportamiento de aparente animadversión hacia los toreros, sobre todo hacia las figuras. En el apartado siguiente ponen de manifiesto el conflicto de intereses que supone el hecho de ser presidente de la plaza de Málaga con el desempeño de funciones de crítico taurino o la participación en tertulias, además de su parentesco con los responsables de otros medios (se refieren sin nombrarlos a Enrique Romero y Juan Ramón Romero, ambos en Canal Sur).  Según la este documento, esta relación familiar puede condicionar sus decisiones.

En apartado quinto, amparados en el artículo 20 del Reglamento Taurino de Andalucía, piden su recusación como presidente.

La relación del palco de Málaga con los taurinos es antigua. Cuando aún era plaza de segunda, el presidente José Luis Fernández Torres fue la bestia negra de muchos profesionales del toreo. Cuando dejó el palco, uno de sus sucesores, Santiago Dueñas, fue muy exigente en los corrales y en la concesión de trofeos. Dueñas fue muy contestado por los taurinos. Ana María Romero sucedió a Dueñas en 2007, es decir que este año llega a las doce ferias. Se ha mostrado exigente en los corrales porque según ella misma opina “Málaga es una plaza de primera, algo de lo que muchos no han enterado”. Con relación a los trofeos, ha sido exigente para conceder la segunda oreja “porque para cortarles las dos orejas a un toro hay que matarlo bien”.  Su trayectoria ha sido marcada por la intención de ser justa. Pocos años después de llegar al palco se vio en la necesidad de suspender una corrida de toros porque la empresa quiso imponerles reses que no estaban aprobadas. Opina que desde entonces está en el punto de mira de muchos profesionales.

El texto de las asociaciones taurinas contiene aspectos sumamente curiosos. Se discute que rechaza más toros que sus compañeros – en este caso su único compañero Ildefonso Del Olmo -, pero es un simple dato de exigencia para presentar toros de plaza de primera. Se le contrapone con el otro presidente malagueño de forma absurda. Se le acusa de actuar contra las figuras. Es fácilmente demostrable que ha negado orejas a figuras y a menos figuras, aunque siempre es más noticia cuando no se las concede a los más famosos.

Se le critica porque ejerce la crítica taurina, cuando no la ejerce como tal en la Feria de Málaga, ya que lo que hace es participar en algunas tertulias. Y en cuanto a su parentesco con Enrique y Juan Ramón Romero, los firmantes denotan un grave desconocimiento de la realidad, por cuanto nunca puede estar condicionada por ese parentesco. Sus hermanos, buenos profesionales, son la antítesis de Ana María en cuanto al nivel de exigencias. En muchas ocasiones ambos han discutido con la presidente sobre el acierto o no de sus decisiones. Sus hermanos la podrían condicionar para inclinar la balanza hacia unas exigencias menores.

La petición de recusación está firmada por los toreros, los empresarios, los banderilleros y picadores y los mozos de espada. Estos dos últimos colectivos dependen de los toreros. Más preocupante es lo de ANOET, en cuanto a que no se entiende bien la preocupación que les causa la plaza de Málaga a un empresario de otra plaza. Desgraciadamente, después de leer esta petición se comprende que los empresarios no han firmado como tales, sino que lo hacen porque en su mayoría son al mismo tiempo apoderados y ganaderos.  La principal patronal de los criadores de toros, UCTL, no ha firmado la nota. Tampoco se ha tenido la deferencia de pedirles su opinión a los aficionados.

Sin embargo, aunque ya se puede afirmar que Ana María Romero subirá al palco en la feria inminente, la situación es muy delicada. Sus pasos en los corrales y en la presidencia serán vigilados al detalle. Ana María, que se encuentra molesta por este asunto, ya ha avanzado que no va a modificar su habitual comportamiento. Entiende que si baja el nivel se considerará que los que la quieren echar han ganado el pulso. Es una situación delicada de cara la actual empresa, miembro de ANOET, con la que debe entenderse en estos días, aunque sabe que la agrupación de empresarios a la que pertenece la quiere fuera de la presidencia. Sería bueno que la actual empresa malagueña se desmarcara del comunicado.

Al menos se ha producido una buena noticia. La Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros (ANPTE), en su sección de Andalucía, ha emitido un comunicado de apoyo y en contra de este tipo de presiones, todo ello a pesar de que Ana María no está asociada.

Aunque admite su sorpresa  incomodidad con el tema, Ana María Romero afirma que seguirá su línea de siempre. “Los taurinos no aceptan que Málaga es de primera, y menos que una mujer trate de hacerles cumplir el Reglamento”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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