OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl 12 de noviembre de 2003 murió el Rey David, David Silveti, un extraordinario torero mexicano. David no podía ser más que torero. Nieto de El Tigre de Guanajuato e hijo de Juan Silveti, su padrino de bautizo fue Carlos Arruza. Y naturalmente, fue torero, a pesar de un aire de gentleman que había heredado de su madre, Dorin Barry.

Había nacido en México el 3 de octubre de 1955. A los 20 años comenzó a torear novilladas. En 1977 se vino a España  a torear novilladas. Ese mismo año, el 20 de noviembre, tomó la alternativa en Irapuato (Guanajuato) con Curro Rivera de padrino. Ese día ya comenzó a tener problemas en las rodillas.

Su carrera ha estado marcada por numerosos percances, que le obligaron a pasar por el quirófano en más de cuarenta ocasiones, la mayor parte para reparar su maltrecha rodilla derecha. El día de la confirmación, 7 de enero de 1979, se lesionó los ligamentos de la rodilla. La recuperación fue casi milagrosa.

Se vino a España en 1980, animado por Antonio Ordóñez. Sólo participó en nueve corridas y volvió a su país, aunque siempre reconoció que fue un error, ya que debió quedarse para aclimatarse al toro español.

Lo más grave estaba por venir. En 1982 sufrió una nueva lesión toreando en San Juan del Río. Según frase del torero, “me quedé con la rodilla pinole. Se fue a Estados Unidos y desde entonces llevó un aparato ortopédico para torear.

A pesar de ello, consolidó su estilo, de torero muy valiente y templado, que imprimía a su toreo de una personalidad marcada. Se convirtió en una gran figura en México, pero la asignatura española siempre le revoloteó por la cabeza.

Con motivo de la una corrida en Huelva en la que se lidiaron toros mexicanos de San Mateo, David Silveti se vino para torear ese festejo. El 11 de octubre de 1986 triunfó con un toro mexicano y en la temporada siguiente confirmó en Madrid con Nimeño II, ya es casualidad, como padrino.

En la temporada de 1988 toreó en Sevilla una corrida en San Miguel  y apuntó las dotes artísticas de su tauromaquia. En México siguió como figura hasta 1995, año en el que se retiró. Sin embargo, su trayectoria estaba marcada por el infortunio.

Reapareció en la temporada de 2002. Cuando toreaba un festival en San Miguel de Allende sufrió un golpe en la cabeza que le afectó a la circulación cerebral. No le importó la opinión de los médicos y actuó en la monumental de México el 12 de enero de 2003 con una actuación sublime, que emborronó con la espada, algo que le sucedió con gran frecuencia. El 22 de febrero toreó en Cadereyta y después anunció su retirada de los ruedos.

El 12 de noviembre acabó toro en el Valle de Santiago, Guanajuato. La vida sin torear no tenía sentido para el Rey David. Hace 12 años nos dejó. Gloria para el grandioso torero y excelente persona.