Borja Jiménez continúa dejando huella. El sevillano, que en 2024 se ha consolidado como eje del toreo, se prepara para cumplir un hito muy especial: alcanzar las 100 corridas toreadas en suelo europeo. Este emblemático número lo logrará el próximo jueves 10 de julio en la Feria del Toro de Pamplona, plaza donde hará el paseíllo para lidiar la corrida de Victoriano del Río y Toros de Cortés, junto a Sebastián Castella y Emilio de Justo.
Borja Jiménez llegó a esta temporada como uno de los nombres propios del calendario taurino. Su impacto quedó patente desde el 19 de marzo, día de San José, en la Feria de Fallas de Valencia, donde, además de ser un reclamo para el público —logrando llenar por completo la plaza en el día del patrón, en mano a mano con Román— sufrió una grave cogida que no frenó su temporada. Su reaparición llegó apenas unos días después, la misma tarde en la que Morante de la Puebla regresaba a los ruedos en Almendralejo, y Borja cortó tres orejas. Posteriormente, firmó tardes destacadas en cosos como Zaragoza y Mérida.
Ya en mayo, protagonizó una faena memorable en la Real Maestranza de Sevilla, cortando dos orejas a un toro de Jandilla, que confirmó su imparable momento. A lo largo del mes siguió con actuaciones notables en Trujillo, Córdoba y, en su primera tarde de San Isidro, rozó la puerta grande al cortar una oreja de gran peso, aunque el palco le negó el segundo trofeo-. Sin embargo, una de las tardes que quedará marcada para siempre en su carrera fue la del 15 de junio en Las Ventas, donde Borja Jiménez desorejó al toro Milhijas de Victorino Martín, logrando su tercera salida a hombros en esta histórica plaza.
Tras triunfar también en plazas como Algeciras, Zamora y Soria, Borja afronta ahora un desafío muy especial: sus cien corridas en Europa, cifra que no incluye las tardes toreadas en América, que son una veintena. Pamplona, donde el año pasado cortó dos orejas y sufrió una grave cornada el 7 de julio, vuelve a ser el escenario para esta importante efeméride en su carrera.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño. 