Sebastián Castella se ha consolidado como figura del toreo después de una larga y fructífera trayectoria en los ruedos de España, Francia y América. Nacido el 31 de enero de 1983 en la localidad de Beziers (Francia), Castella fue un torero muy precoz. Accedió al grado de matador de toros el 12 de agosto de 2000 en la plaza de su localidad natal en un cartel completado Enrique Ponce y José Tomás, para la lidia de toros de Juan Pedro Domecq. Tenía 17 años cumplidos.
La relación de Castella con la plaza de Sevilla ha sido irregular. El primer paseíllo en la Maestranza fue en una novillada con picadores el 9 de mayo de 1999, acompañado por Álvaro Ortega y Curro Javier con novillos de Juan Pedro Domecq. Dio una vuelta al ruedo. Repitió en otra novillada el 28 de mayo de 2000, festejo en el que se lidió un lote de Torrestrella. En esa corrida le acompañaron el mexicano José Luis Angelino y Antonio José Blanco, que ese día fue cogido de gravedad. Castella le cortó una oreja al primero de su lote.
Ya de matador de toros, Sebastián Castella ha participado en 35 corridas de toros en estas veinte temporadas. En la plaza sevillana ha logrado grandes triunfos y también ha tenido algunas tardes menos afortunadas. En estos 35 festejos ha logrado cortar 9 orejas. Ha cortado las dos orejas a un toro en dos ocasiones, una en 2006, la que hoy recordaremos, y otra en San Miguel de 2016. Ha participado en una corrida de Domingo de Resurrección en el año 2007. Ha tenido el gesto de lidiar una corrida de Miura en la temporada 2019, si bien el balance no fue bueno.
En la primera corrida en la toreó en Sevilla ya como matador de toros, el día 14 de junio de 2001, ya abrió cartel a dos jóvenes que habían tomado la alternativa en la Feria sevillana de ese año: Luis Vilches y Antonio Fernández Pineda. El día 22 de abril de 2006, se cumplen ahora 14 años, logró uno de sus más sonoros triunfos en Sevilla.
Ese 22 de abril de 2006 era sábado de preferia. El ciclo sevillano celebró el séptimo festejo de abono y aún no se había producido ningún triunfo llamativo. Se anunciaron cuatro toros de Jandilla y dos de Zalduendo, segundo y sexto, en un cartel compuesto por César Rincón, Sebastián Castella y José María Manzanares. La corrida fue algo accidentada. En primer lugar, soltaron al ruedo el toro que estaba anunciado como quinto, de forma que la parada de cabestros tuvo que retirarlo y salió en que esta previsto para abrir la corrida. Ese quinto, con el hierro de Jandilla, dio mal juego. Castella, que le había cortado las dos orejas al segundo, tenía la posibilidad de abrir la Puerta del Príncipe con una oreja, pero ese toro que ya había estado en el ruedo por el error en los corrales, no colaboró con el torero francés. El otro accidente del festejo fue la muerte del cuarto al derrotar en un burladero. Rincón tuvo que matar un sobrero con el hierro de La Dehesilla.
Castella realizó una gran faena al toro de nombre ‘Encendido’, segundo de la tarde, marcado con el número 77, negro, de 520 kilos, que fue premiado con la vuelta al ruedo. El escritor Santi Ortiz contó así la faena de Castella:
“Fue una faena completísima “de pitón a rabo”; entiéndase: desde los parsimoniosos lances a la verónica con que recibió a Encendido, hasta el estoconazo final, pasando por un templadísimo quite por tafalleras –¡qué difícil es imprimirle belleza a suerte tan vulgar!–, un inicio de faena vibrante y majestuoso en los medios –después de que Curro Molina hiciera sonar la música para poner estrambote a dos magníficos pares de banderillas marca de la casa– y tandas de larguísimos y templados naturales y redondos, aderezados en los postres con unos ayudados por bajo plenos de torería. Faena redonda premiada justamente con las dos orejas –primeras que se le cortan a un solo toro tras la entrada en vigor del nuevo reglamento andaluz–, pese a que la lenta agonía del astado y el tiempo que su casta lo mantuvo en pie “enfriaron” bastante los ánimos, volcándolos sobre el noble toro, al que se le pidió y otorgó el homenaje de la póstuma vuelta al ruedo”.
Por mi parte, en mi texto para El Mundo escribí que “A ese buen toro de Zalduendo le dieron la vuelta al ruedo porque, además de su buena calidad, se encontró frente a Castella, que toreó de forma admirable. Comenzó con su clásico cambiado por la espalda, pero la virtud de esa faena tan redonda fue la quietud, la forma de enlazar los muletazos y el temple. En definitiva, Castella echó manos de su enorme valor y de sus progresos técnicos para conjuntar una buena faena que desde el primer pase al último mantuvo la llama de la emoción en la plaza”.
Tal vez la faena a Encendido fuera la cumbre de Castella en Sevilla. Esas dos orejas fueron las primeras que cortaba ya como matador de alternativa. En la temporada de 2016 volvió a pasear las dos orejas de un toro de Olga Jiménez. Entre esas fechas, muchas tardes sin gran relieve, buenas faenas sueltas y algún toro de calidad que se fue sin que el espada se mostrara inspirado. La realidad es que Sebastián Castella no ha faltado a ninguna feria de Sevilla desde su primera tarde en 2004, el 25 de abril con una corrida de El Ventorrillo. En los años negros del boicot de las figuras, 2014 y 2015, Castella se demarcó de ellos y estuvo presente en la temporada sevillana. Y nadie puede olvidar el detalle de anunciarse el pasado año con la de Miura.
En su relación con Sevilla se debe recordar que toreó dos festejos mano a mano con otro espada. En San Miguel de 2009, el 26 de septiembre, con Morante de la Puebla, y en 2016 con López Simón el día 7 de abril.
En esta Feria de 2020 estaba anunciado en la corrida del 2 de mayo con reses de Núñez del Cuvillo con Manzanares y Roca Rey. No será posible. Seguirá con su palmarés de 35 corridas en Sevilla y 9 orejas. Pero el recuerdo más intenso será su labor ante el gran toro ‘Encendido’ de Zalduendo el 22 de abril de 2006, hace ahora 14 años.