El salón del Real Círculo de Labradores de Sevilla acogió la presentación del libro ¡Chicuelo! El hombre que cambió el toreo, obra de Manuel Escalona Franco, que ha editado el paseíllo. Con una buena entrada, detalle digno de ser resaltado por la fecha navideña, la presentación estuvo a cargo de Manuel Jiménez Chicuelo, el torero Pepe Luis Vargas, además del autor, que fueron coordinados por el director de El Paseíllo, David González Romero.

La obra es un amplio análisis de la vida y la trascendencia del torero sevillano, eje fundamental de la Edad de Plata del toreo, que logró modificar la estructura de las faenas en base al toreo ligado, que tuvo su máxima expresión en la faena al toro Corchaíto en Madrid en 1928.

Según expresó González Romero, “para El Paseíllo era un libro esperado, anhelado y perseguido”. En su exposición, mencionó a cuatro autores: Don Quijote, Guillermo Sureda, Néstor Luján y Pepe Alameda. Todos ponen en su sitio de referencia a Manuel Jiménez Chicuelo.

El nieto de Chicuelo, dijo que “mi abuelo era un gallista convencido. Fue un torero de arte, pero su meta era el toreo ligado con temple”. Añadió que, “a pesar de haber cortado cinco rabos en Sevilla, se murió sin haber podido cuajar un toro a gusto en Sevilla. Quiso el destino que la faena grande de su vida fuera en Madrid”.

Pepe Luis Vargas se confesó partidario acérrimo de Pepe Luis Vázquez, “pero fue Pepe Luis quien me habló de que sus toreros habían sido Belmonte y Chicuelo. Belmonte aportó el temple, mientras que Chicuelo fue la reunión de todo lo que le había precedido. Sobre todo, conjuntó a Gallito y a Belmonte. Chicuelo logró el sueño de estos dos toreros”.

Por su parte, Manuel Escalona habló de sus comienzos en Osuna como aficionado y de cómo se acercó a la figura del torero de La Alameda. “Me ha preocupado mucho documentar todo lo que cuenta. Está escrito en presente de indicativo para aportarle mayor realismo”. Abundó el autor en la famosa faena al toro de Graciliano en Madrid. “Se ha dicho que fue una faena que pasó desapercibida para la crítica, pero en el libro se demuestra que sí la supieron ver en su auténtica dimensión”.

Al final, en un animado coloquio de los participantes, se comentó que Chicuelo fue irregular porque no tenía más remedio, dado el toro que se lidiaba, que tuvo una larga carrera y que sus temporadas en América fueron de vital importancia en su desarrollo como torero.     

Todo esto se cuenta en un libro que se convierte en imprescindible para entender una etapa esencial de la fiesta, como es la que sucede a la muerte de Joselito y la llegada de Manolete. Y en ese tiempo, por encima de todos debe figurar Manuel Jiménez Chicuelo, que es conocido por las chicuelinas, pero que fue mucho más profundo y artista que el simple creador de un lance pinturero.

sevillatoro.es
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