“Ha sido un año normal en esta ganadería tan especial”
“Nuestros mimbres son siempre los mismos para hacer el cesto”
La ganadería de Eduardo Miura ha completado un año 2005 normal dentro de los condicionantes que han limitado su presencia en plazas francesas y la especial condición de toro de esta ganadería. Su principal responsable es Eduardo Miura, al mismo tiempo dirigente de la Unión de la Criadores de Toros de Lidia, que lleva esta mítica divisa junto a su hermano Antonio.
La contingencia de la enfermedad de la Lengua Azul ha impedido que la ganadería de Miura haya podido lidiar sus habituales corridas en plazas francesas. “Ha sido algo muy penoso, porque nos hemos encontrado que algunas corridas previstas para esas plazas han debido cambiar de destino, lo que no es fácil. En esta ganadería no vale el aquí te pillo, aquí te mato de la improvisación”. Estas circunstancias seguirán presentes en la temporada venidera, “al menos no hay indicios de cambios, aunque nunca se sabe porque hay muchos aspectos políticos que son imprevisibles. Estamos pendientes de la vacuna, pero necesita un tiempo antes de poder utilizarse. Ahora mismo pienso que en 2006 no vamos a poder lidiar en Francia”.
Sobre el curso taurino de 2005, Eduardo Miura recuerda que “hemos lidiado cinco corridas de toros y no se pudo hacer lo mismo con una de Teruel que se suspendió por agua, que tiene guasa que pasen estas cosas en un año de sequía”. La temporada en palabras de Eduardo, “no ha sido muy especial”. Y el matiz viene a continuación, “porque las corridas de toros más importantes eran las de Sevilla y Madrid y no fueron brillantes, a partir de ahí, cualquier calificación de la camada no puede ser de nota alta. Es verdad que las de Roquetas y Úbeda han sido buenas, pero no es lo mismo”.
Entre las dos corridas fuertes y las dos menos fuertes, la corrida de Pamplona. “En los sanfermines salió un toro bastante potable al que le cortó una oreja Juan José Padilla, que de alguna manera salvó una corrida que fue más bien normal. Ya algunos quisieran haber escapado allí, por lo menos, como nosotros”.
Eduardo Miura habla de la corrida de Sevilla con realismo. “No resultó una corrida buena, no se pudo acercar a la del año 2003, que tantas satisfacciones nos proporcionó. Esto de la ganadería es así y no hay que buscarle muchas más explicaciones”.
También se detiene el ganadero en la corrida de Madrid, “que allí lo que pasó fue un verdadero caos desde los mismo corrales. Los toros dieron mucha leña, hubo que hacer el reconocimiento desde los pasillos superiores porque no se podía bajar, se mató uno y acabó todo con el agua y todo el mundo enfadado. Son de esos días en los que más vale que no amanezca porque todo salió al revés”.
Eduardo Miura juzga a su ganadería desde la atalaya de quien “ya se sorprende por pocas cosas, de forma que ni me vengo abajo con las malas ni saco pecho con las buenas”. Y algunos toros buenos hubo en la temporada para la divisa miureña. “Las corridas de Roquetas y Úbeda fueron buenas. En la primera le dieron la vuelta a un toro que lidió Curro Vivas, bastante bueno. En la plaza de Úbeda nos han dado el premio al mejor toro de la feria a uno que mató Carnicerito. Estos detalles tienen importancia, porque, con todos los respetos, son diestros que torean poco y sus logros con nuestros toros deben valorarse aún como mayores, ya que no es lo mismo que el matador sea uno de mayor experiencia”.
¿Dónde están los toros de las reatas de los que se lidiaron en Sevilla en 2003? Lo mismo se puede preguntar sobre tantos toros de Miura triunfadores en Francia y otras plazas en los últimos años. Eduardo lo sabe: “Está en el campo”. Sonríe el ganadero y matiza. “La camada del año 2003 fue buena en general, no sólo fueron buenos los de Sevilla. Pensamos en su momento que no había tocado el año de suerte. Mi padre, con lo que vivió, apneas tendría seis o siete completos. Es una prueba de la dificultad que tiene criar toros. La camada de este año era de la misma procedencia prácticamente que la de 2003 y no ha sido igual. Si se le junta que no ha sido una camada con fortuna, pues no hay que desesperar porque volverá a salir toros buenos en otra ocasión”.
Vuelve a retomar lo que parece que menos le ha gustado de este año: la corrida de Sevilla, unos astados que carecieron de la emoción necesaria y que se supone debe ser el principal argumento de un toro de Miura. “Fue demasiado sosa y eso no es bueno. Sin embargo, la corrida del 2004, que la lidiamos en octubre, fue una buena corrida sin llegar a lo año anterior. Fue una buena experiencia la de lidiar en esa fecha; ates nuestros antepasadazos lidiaban en Sevilla en cualquier fecha, pero ahora sólo acudimos en la Feria. De los seis toros previstos se lidiaron cinco que estuvieron casi un año esperando, que con el manejo complicado de estos toros les da mucha mayor relevancia. Creo que en ese festejo hay que aplaudir a la empresa, porque es muy complicado hacer un cartel el 12 de octubre con toros de Miura en Sevilla”.
El toro de Miura puede ser de gran calidad. Por supuesto – salta Eduardo- , pero cuando sale uno de Miura con calidad y humillando, la gente dice que ese toro no es de Miura. El toro nos coge siempre, tanto cuando sale embistiendo con calidad como cuando sale sin emoción. Dicen que los buenos no parecen de Miura, pero se olvidan que el último rabo que se ha cortado en Sevilla hace ya muchos años lo consiguió Ruiz Miguel con uno de Miura en su primera corrida con toros de nuestra casa. Digo yo que algo pondría el toro. No se puede olvidar que para que haya triunfos tiene que haber toro y torero”.
A la familia Miura le gusta lidiar novilladas. Este año lo hicieron en Guadarrama y Calasparra. “Salieron buenas, aunque el nombre de miura impone mucho a los jóvenes. La diferencia entre los tres años y los cuatro es muy importante; más que entre cuatro y cinco”.
La temporada de 2006 será la de la vuelta de Miura a la plaza de Valencia en la Feria de Julio, “una fecha y una plaza muy clásica en la casa”. Además, “como es tradicional estaremos en Sevilla”. Sin embargo, “no nos anunciaremos en Madrid, porque no ni nos han llamado ni estamos mi hermano y yo por la labor de volver este año a la vista de lo sucedido, aunque pudiera ser que a la tercera fuera la vencida”. También acudirán a Pamplona y hay dos corridas más que aún están por colocar, “aunque serán plazas de menos importancia”.
Miura es un encaste personal que mantiene sus orígenes sin ninguna posibilidad de refrescar sus sangre. Con estos antecedentes, Eduardo Miura es consciente de que los productos de este año “tienen la misma base de los del año pasado”. El ganadero puntualiza que “tenemos que seguir nuestra línea poco a poco, procurando no equivocarnos porque supondría un retraso de cinco años, con mucho tiento y paciencia. Hay muchas prisas en todo y también las ganaderías. Los mimbres son los que tenemos y no podemos cogerlos de otros lados. Con ello tenemos que hacer nuestro cesto”.
EL MEJOR TORO DEL AÑO
“Como es sabido nunca acudo a ver mis corridas, sino que quien va es mi hermano Antonio. Por lo que me han contado, el toro de mayor calidad y bravura de este año ha sido el que se lidió en Roquetas el 24 de julio por Curro Vivas, llamado “No te fías”, número 59, al que el torero de Almería le cortó una oreja”.
EL DETALLE CURIOSO DEL AÑO
“Ocurrió en Calasparra, donde lidiamos una novillada que resultó muy conflictiva en el encierro, porque los corren por las calles. Se mató un novillo y otro estuvo a punto de escaparse del recorrido. Se fue a la valla y estuvo un rato largo bregando cerca de diez minutos. Es lo que digo siempre, que este tipo de toro es muy especial en su manejo y da muchos problemas”.