La temporada de 2005 ha sido la de la consagración como figura del toreo de un espada nacido en Salteras hace 31 años. Su lucha ha sido dura, el triunfo se ha hecho esperar por culpa de algunos fallos con el estoque, pero la doble salida por la Puerta del Príncipe en Sevilla y la Puerta Grande de Madrid le llevaron a la cumbre. El final de temporada fue accidentado por una luxación de codo que le impidió rematarla a lo grande. La corrida con seis toros en Sevilla se quedó en el limbo. Ahora, ya recuperado, está a punto de comenzar la temporada americana.

“La temporada ha sido muy buena, sobre todo el principio; también fue buena la parte media y no he podido acabarla bien por la lesión del codo. Ha sido la temporada soñada por cualquier torero. El hecho de salir por la Puerta del Príncipe y por la Grande de Madrid le dio mucha fuerza a mi nombre. Antes había estado muy bien, pero ahora he culminado las faenas con la espada y todo tiene más repercusión.

¿Ha progresado mucho el toreo de El Cid en esta temporada?

He ganado en técnica. He logrado lidiar con más frecuencia toros menos complicados, sin dejar de hacerlo con esos toros como los de Victorinos más exigentes, y he logrado aplicar mi técnica por igual a todos los toros. No es fácil acostumbrarse a matar corridas duras y otras más normales al mismo tiempo. Mi idea es torear igual a todas las reses, hacerlo con mi pureza, pero no es fácil y muchas veces no sale bien. Como torero se disfruta mucho más con el toro bueno porque los muletazos son mejores, pero me quedo más satisfecho cuando triunfo ante un toro exigente.

Este año ha toreado de forma más seguida. ¿Es compatible la calidad con la cantidad?

No he notado que mi estilo se haya perjudicado porque haya toreado más corridas. Es verdad que hacer el paseíllo un día y otro llega a cansar, pero eso es lo que siempre buscamos los toreros, es la señal de nuestro triunfo. No soy torero de cien corridas, pero unas setenta son un número muy bueno. Este año no me he llegado a sentir atorado, entre otras cosas porque me ha faltado un tramo de temporada para poder notarlo. Lo que sí ocurre es que torear todos los días quita algo de atención al toro, hay un exceso de confianza, y ahí llegan los percances. Este año he aprendido mucho en este sentido, porque algunas cogidas han sido por exceso de relajación.

¿No han sido mucho los percances en esta temporada?

Es posible. En parte es lo que digo, al torear muchos días seguidos hay algo de rutina, pero también es verdad que algunos percances han llegado porque no he querido salirme de mi línea. Si no soy el torero de siempre, si me tomo alguna ventaja, se me nota mucho. No he querido dar toques excesivos y, a veces, es mejor hacerlo para evitar cogidas.

La cogida de Mérida con la luxación del codo ha marcado este año. ¿Fue consciente desde el principio de su repercusión?

Sabía que era algo muy serio, pero los médicos no me dijeron nunca que podía acabar con mi temporada ni tampoco lo contrario. En ese momento, mi gran obsesión era la corrida de los seis toros de Sevilla. Cuando pasó lo de Ronda, entonces me dijeron que aunque no hubiera toreado la Goyesca, probablemente no habría llegado bien a Sevilla. Luego, he estado un mes y medio de rehabilitación y se pasa muy mal. Ese tiempo no lo tenía entre la cogida de Mérida y los seis toros de Sevilla.

¿Y por qué fue a torear a Ronda?

Es posible que lo sensato hubiera sido no ir a Ronda, pero ahí me pudo la importancia de la corrida. Tampoco nadie me dijo que no podía torear. El codo no estaba bien, pero podía moverlo aunque no tenía muchas fuerzas. Sólo queda la duda de cómo hubiera estado si me reservo para Sevilla. Me han dicho que no habría estado al cien por cien, pero es posible que hubiera podido resolver la papeleta, aunque esa corrida era para estar en plenitud.

La empresa no organizó otra corrida en lugar de la suya. ¿Tiene algún juicio sobre esta decisión, usted que ha sido un luchador y sabe lo difícil que es torear en Sevilla en el abono?

Es una decisión de la empresa que me imagino que habrá pensado con detenimiento. Creo que la empresa ha perdido dinero al no darse mi corrida con seis toros, porque ha devuelto el dinero a todo el mundo. Si hubiera montado otra, perfecto; pero esta corrida era muy especial y nada hubiera sido lo mismo.

¿Seguirán Manolo Tornay y Santiago Ellauri siendo los apoderados de El Cid en la próxima temporada?

Por supuesto. Estamos juntos desde el año 2000 y todo va muy bien. He tenido ofertas de otros apoderados, algo que me llena de orgullo, pero el trabajo es excelente y no hay ningún motivo para el cambio.

¿Es necesario salir de nuevo a por todas en la temporada de 2006?

Aquí ya no vive nadie del pasado. Los públicos exigen mucho y querrán que El Cid vuelva a salir en triunfo de todas las plazas. En el momento en que un torero se relaje, todo se puede venir abajo. Una figura del toreo debe estar muchos años en primer plano, no es cuestión de un año. En este sentido, todavía no me consideraré figura hasta que no esté varios años en todas las ferias.

¿Es consciente de que ha conseguido el milagro de ser un torero apreciado de forma por igual en Sevilla y en Madrid?

Es cierto; y no es fácil. Este año, después del triunfo de Sevilla, pensaba que en Madrid me podían esperar con más recelo, pero no pasa nada. Madrid lo que quiere es un torero entregado con la muleta por delante, quieto y templado. Ahí se entregan todos lo públicos. Cuando se triunfa en Sevilla, hay que ir a conquistar Madrid; nunca llegar como el triunfador de Sevilla y que te lo regalen todo.

¿Tiene alguna meta en su relación con Sevilla?

Siempre se sueña con lo mejor. Este año podía haber logrado algo único: tres puertas del Príncipe. Había posibilidades en la de seis toros. Creo que por mi estilo torero tengo muchas posibilidades de lograr más triunfos en Sevilla. No soy el tipo de espada de toreo sevillano, pero en la Maestranza gustan los toreros buenos. Algún día, si me acompaña la suerte, creo que podré ser un torero de Sevilla.

¿Está totalmente recuperado de la lesión del codo?

La lesión está bien. He matado toros en el campo y noto un ligero pinchazo en el codo que debe desaparecer con el tiempo, pero estoy fuerte. Ha probado a matar con la izquierda, para hacerlo sólo ahora al principio en las corridas de América. Ya veré lo que hago.

¿Le importa torear con Morante de la Puebla? ¿Qué tal el Domingo de Resurrección en la Maestranza?

A mí no me importa torear con Morante. Es un torero muy bueno y me apetece hacer el paseíllo a su lado, aunque hay otros muchos toreros buenos. ¿El Domingo de Resurrección con Morante? Encantado, pero es algo que debe decidir la empresa.

¿Se anunciará con seis toros en la próxima temporada en Sevilla?

Es algo que quiero hacer; más ahora que no ha podido suceder en San Miguel. Te digo lo mismo: depende de la empresa. Por nuestra parte, encantado.

¿Lidiará muchas de Victorino en el año próximo?

No lo hemos pensado. Está claro que en plazas importantes quiero seguir en esos carteles. Habrá que cuidar las plazas, pero en Sevilla, Madrid, San Sebastián y alguna más, estaremos de nuevo. Quiero ser fiel a una ganadería a la que le debo parte de mis triunfos.