La última tarde vestido de luces en Osuna en 2018. Foto: Eduardo Porcuna

Carlos Crivell.– El matador de toros Pepe Luis Vázquez Silva ha muerto en su finca El Canto a la edad de 67 años de edad. Su cuerpo fue encontrado por el casero. Se trata de una muerte súbita en la que no se descarta un accidente doméstico o un infarto. Su cuerpo ha sido trasladado al Departamento Anatómico-Forense de Sevilla. Será velado en el Tanatorio de la SE-30 sevillana.

Pepe Luis Vázquez Silva era el hijo mayor de siete hermanos del matrimonio de Pepe Luis Vázquez Garcés con Mercedes Silva. Su padre, figura máxima del toreo, volvió por una temporada en 1959 cuando Pepe Luis tenía dos años de edad. Vázquez Silva había nacido el 9 de junio de 1957. Aunque su madre intentó por todos los medios que ninguno de sus hijos fueran toreros, no lo consiguió. El mayor, Pepe Luis, estudió Agrónomo, pero pronto decidió que seguiría los pasos de su padre. Después de su presentación en Albuquerque, realizó una notable campaña de novillero, participando en festejos mixtos con el rejoneador Joao Moura y Curro Romero. Dicen que fue un tiempo de mucho beneficio económico.

La alternativa del hijo de Pepe Luis fue un acontecimiento taurino que se celebró en Sevilla en la Real Maestranza el 19 de abril de 1981, fecha en la que reapareció su tío Manolo Vázquez, padrino de la ceremonia, con Curro Romero de testigo. No cabían más alicientes en un festejo, ya que no solo era la vuelta de Manolo, sino la presencia de Curro con la alternativa del hijo de Pepe Luis, para lidiar una corrida de Juan Pedro Domecq.

Desde sus comienzos por la fiesta, Pepe Luis dejó claro que era un torero de corte clásico con la pureza y la naturalidad como principales atributos de sus formas toreras. Heredero de la esencia de su padre, Pepe Luis despertó la ilusión de la afición ante la presencia de otro Pepe Luis en los ruedos.

La realidad es que muchas de estas expectativas se frustraron por distintos motivos, entre los que una notable falta de ambición fue manifiesta, así como porque no era un torero llamado para la guerra. También sufrió distintos percances de gravedad que mermaron su ánimo ya de por sí algo alicaído.

Sin embargo, su trayectoria en los ruedos está repleta de grandes acontecimiento y tardes para el recuerdo. Así, en la feria de San Miguel de Sevilla de 1984, accedió a la corrida matinal del día siguiente al entierro de Paquirri, en sustitución de José María Manzanares padre, y bordó el toreo con dos reses de Jandilla. La corrida se había aplazado a la mañana del día 29 de septiembre. Con Tomás Campuzano y Espartaco remató dos grandes faenas premiadas con sendas orejas. Venía de matar seis toros de Gabriel Rojas en la Maestranza el día 21 de junio en la corrida de la Prensa, en la que no sucedió nada brillante.

En la temporada de 1985 hay varios sucesos dignos de recuerdo en la vida de Pepe Luis. En una matinal de la Feria de Sevilla, se enfrentó a un toro manso de Gabriel Hernández, que lo cogió de manera aparatosa y al que acabó toreando con gusto y señorío. El 22 de mayo se anunció en Madrid con una corrida de Torrealta en un cartel completado por Curro Romero y Curro Vázquez. El tercero de la tarde fue Ropavieja, un toro encastado al que Pepe Luis cuajó con 15 naturales perfectos. Contaba así Pepe Luis la lidia de este toro. “Me gustó el toro de salida. No lo pude cuajar con el capote porque embistió con brusquedad. Cuando tomé la muleta sabía que tenía una dura papeleta. Tenía que hacerlo todo pronto. Hacía viento y no lo pide sacar a los medios. No fueron muchos muletazos, unos catorce o quince, pero todo surgió con mucho gusto. No fue una faena redonda, pero le llegó al público. Acerté con la espada y le corté una oreja”.

Ese mismo año, en las Colombinas de Huelva, llegó la famosa faena al toro de Sampedro, una faena perfecta con los pases medidos llenos de una calidad artística que han quedado para la historia. Todo el que vio aquella faena recordará para siempre cómo estuvo Pepe Luis Vázquez Silva con el toro Sampedro.

Con muchos altibajos, su trayectoria se llenó también de percances, como el del 25 de mayo de 1989 en Sevilla en la corrida de la Prensa. Este año no figuró en la feria sevillana. Su primer paseíllo, aunque es en la plaza de la Maestranza, lo hace el 25 de mayo, en la tradicional Corrida de la Prensa de Sevilla, festejo mixto en el que hizo el paseíllo con José Luis Parada y el novillero Martín Pareja-Obregón. El toro Estudiante, de Gabriel Rojas, que así se llama el primero de su lote, un negro mulato chorreado, lo cogió de lleno. La cogida en principio no pareció grave, pero cuando don Ramón Vila facilita el preceptivo parte médico, este habla de una herida con orificio de entrada a nivel del tercio superior del muslo izquierdo, en su cara interna, que llega hasta la cavidad abdominal. No volvió a vestir de luces hasta el día 13 de agosto, en Barcelona, reapareciendo con Lucio Sandín y los rejoneadores Antonio Correas y Luis Domecq, con un lote de don Antonio Pérez de San Fernando.   

En la temporada de 1991 se anunció con la corrida de Miura en Sevilla. El nombre Vázquez ha estado ligado de forma íntima con Miura. El padre lidió la de Miura muchos años en Sevilla. El ganadero y el torero eran muy amigos. El anuncio de que el hijo de Pepe Luis lidiaría la de Miura fue todo un acontecimiento. Fue el 21 de abril de 1991 con Ruiz Miguel y Manili. No fue una tarde muy afortunada para el torero, aunque dibujó un hermoso quite a pies juntos en honor a su padre. En la temporada siguiente, de pocos contratos, volvió a matar la de Miura en Sevilla el 3 de mayo de nuevo con los mismos compañeros. Ese día le echaron un toro al corral.

A partir de esos años su presencia en los ruedos es muy testimonial, aunque casi todos los años se anuncia en Sevilla, hasta el 9 de abril de 2002, la última vez que actuó en la Maestranza vestido de luces. Posteriormente ha toreado festivales en la Maestranza.

Tras algunos años sin torear anunció una retirada en Utrera en la feria de Consolación el 8 de septiembre de 2012. Actuó el rejoneador José Luis Cañaveral y un mano a mano de Morante con Pepe Luis. Cuajó a uno de los de Juan Pedro y le cortó la oreja.

Reapareció tras convencerlo Morante en Illescas el 11 de marzo de 2017. En esta última etapa hay una fecha digna de ser recordada: 15 de junio de ese año de 2017. Toreó una corrida de Núñez del Cuvillo con Cayetano y Morante en Granada. Allí toreó con su máxima calidad. Quedaba ya muy poco. La última vez que se puso el traje de luces fue el 6 de octubre de 2018 en Osuna, fecha en la debutó con picadores su sobrino Manolo Vázquez. Las circunstancias aconsejaron que no volviera a los ruedos vestido de luces, aunque pudo pisar el ruedo maestrante el 12 de octubre de 2018 en un festival. 

Hace cinco años sufrió un accidente vascular cerebral que le dejó paralizado el lado derecho del cuerpo y del que se había recuperado parcialmente. Vivía alejado de los cenáculos taurinos, pasaba mucho tiempo en la finca El Canto. Hace algunas fechas había sido operado de un problema menor, hasta esta mañana del26 de julio en que ha sido encontrado muerto. Se han barajado varias hipótesis, desde un nuevo ictus a un infarto. Su cuerpo está siendo velado en el Tanatorio de la S-30 de Sevilla.

Se torea como se es, dijo Belmonte. Pepe Luis era un hombre de modales exquisitos, tímido, algo taciturno, introvertido, pero no exento de golpes de gracia sevillana. Así toreaba Pepe Luis. Todo pureza y delicadeza, acariciando embestidas y telas, el toreo fluía de sus manos sin alharacas ni sobresaltos. Es cierto que su carrera taurina no ha sido intensa, sobre todo por lo apuntado de su falta de ambición y decisión en momentos puntuales. Si no hubiera sido el hijo de Pepe Luis, hubiera sido un torero grande. Pero las comparaciones siempre le exigieron más que a ninguno.

Se ha marchado joven todavía, sin hacer ruido, igual que era como persona, igual que fue su toreo. Una eterna esperanza que luchó contra la fuerza de una herencia casi imposible de superar. Aún así, Pepe Luis queda entre los grandes nombres del toreo de Sevilla.