Álvaro Pastor Torres.– Fernando es cariñoso, tierno, inteligente, emocional, un poco brutote y más listo que el hambre; en genial metáfora un tanto antropofágica del fotógrafo Pepe Morán es «íntegramente comestible». A Fernando le encanta jugar al toro, es mi ahijado y nació con síndrome de Down.
Por eso hay que agradecer a Castella su gesto con estos niños en los tiempos que corren, poco dados para la lírica y encima con la que está cayendo sobre la fiesta. Así lo entendió el público que ocupaba bastante más de media plaza y lo sacó a saludar tras acabar el paseíllo.
No mejoró mucho el ambiente con la salida del tercero, un Cuvillo de embestida floja y cruzada que manseó notable y ostensiblemente en varas para después poner en apuros por dos veces al banderillero José Chacón que tuvo que tomar el olivo precipitadamente. El francés tiró de repertorio en el arranque de la faena con casi una docena de pases por alto a pies juntos sin moverse un ápice, lo que levantó al respetable por la cercanía y el riesgo. Continuó por redondos casi en la boca de riego. Con la muleta en la zurda bajó el nivel por lo que remató con otra notable tanda diestra y unos circulares entrados ya en esas cercanías tan propias del galo. Aquí arrancó la primera oreja de la tarde que ya declinaba.
Si la cara es el espejo del alma, las hechuras en los toros son signos premonitorios de su condición. Así el cuarto, alto y caballuno, feo como él sólo, puso en apuros a la cuadrilla y no permitió el lucimiento a su matador, al cual estuvo a punto de echar mano un par de veces.
El saludo de capa al quinto, un jabonero muy escurrido, y el galleo para ponerlo en suerte, hizo concebir esperanzas. Hasta le hizo un quite a pies juntos por alto. Lo entendió pronto y bien. Sin quitarle la muleta de la cara se sucedieron las tandas bajo los sones de Nerva. Unas bernardinas precedieron la certera y rápida estocada. Dos orejas que el usía tardó en conceder.
En el sexto, jugado ya de noche y brindado al respetable, bajó algo el nivel por la condición del de Cuvillo, descastado, terciado y flojito. Pero Castella puso todo de su parte por agradar y aunque sin un claro hilo conductor a veces hilvanó tandas que fueron a más. Y otras dos orejas al esportón a pesar del puntillero.
- Plaza Real de El Puerto de Santa María. Domingo 16 de agosto de 2015. Cuarta y última corrida del abono veraniego. Festejo benéfico a favor de ASEDOWN. Más de media entrada en tarde agradable y algo ventosa. Actuaron de sobresalientes Enrique Molina y Miguel Ángel Sánchez. Saludó tras parear al quinto Gustavo A. García. Castella salió en hombros de la plaza.
- Seis toros de diversas ganaderías, variados de hechuras, condición y remates. Uno de Jandilla, 1º (flojo e incierto); dos de Fuente Ymbro, 2º (con genio) y 5º (noble); dos de Núñez del Cuvillo, 3º (anovillado, manso y repetidor) y 6º (terciado y con poca raza) y uno, el 4º, de Vegahermosa (altón, basto y con peligro)
- Sebastián Castella, de añil y azabache. Pinchazo y estocada tendida muy trasera (ovación y saludos). Estocada trasera y descabello (palmas). Estocada casi entera atravesada y dos descabellos (oreja). Media estocada (palmitas). Estocada de rápidos efectos (dos orejas). Estocada (dos orejas).