Juan Antonio Ruiz Román
Nacido en Espartinas (Sevilla) el 3 de octubre de 1962.
Debut con picadores: Ondara (Alicante) en 1978.
Alternativa: Huelva, 1 de agosto de 1979. Toros de Carlos Núñez. Padrino: Manuel Benítez “El Cordobés”. Testigo: Manolo Cortés.
Confirmación: Madrid, 25 de mayo de 1982. Toros de Matías Bernardos. Padrino: Francisco Rivera “Paquirri”. Testigo: Manolo Cortés.
Sus antecedentes taurinos -su padre fue matador de toros- le llevaron a ser torero desde muy niño. Cuando apenas tenía once años, Juan Antonio Ruiz Román toreó en público en la desaparecida plaza de La Pañoleta (Sevilla). Comenzaba ahí la carrera del torero más importante de las últimas décadas.
Debido a su corta edad, Espartaco tuvo que viajar a América en compañía de su padre para poder torear. Lo hace en la parte seria del espectáculo El Chino Torero y poco a poco se fue haciendo torero. De regreso a España y con el propósito de avanzar en su profesión, Espartaco llegó a anunciarse con el nombre de otro torero que sí tenía la edad reglamentaria hasta que cumplió los 16 años y debutó con picadores en Ondara (Alicante). Era la temporada de 1978, la única que el torero hace completa como novillero.
Espartaco quedó a la cabeza del escalafón y ese año torea mucho con El Mangui y Ojeda, entonces novilleros de fuste. Pero nada más arrancar la temporada de 1979 se plantea la alternativa, que en principio se anuncia en Jerez con Antonio Ordóñez y Paula en el cartel. El viento imposibilita el doctorado y El Cordobés se ofrece allí mismo a convertirle en matador en Huelva. La fecha elegida es el 1 de agosto de 1979.
Primera Puerta del Príncipe
En 1980 Espartaco torea 35 tardes y pasa del medio centenar en 1981. Son años de rodaje previo que desembocan en el primer triunfo importante, que tiene lugar en La Maestranza en la feria de 1982. Espartaco abre por primera vez la Puerta del Príncipe y busca el triunfo en Madrid el día de su confirmación, sin conseguirlo, cuestión que no le impide liderar el escalafón con un total de 63 corridas. Espartaco no bajará del medio centenar de corridas en los años siguientes, en los que sin embargo tiene que enfrentarse a ganado duro.
En los meses previos al triunfo de 1985, Espartaco no tenía muy clara su continuidad y llegó a plantearse la posibilidad de hacerse banderillero. Pero llegó el toro Facultades, de Manolo González, la segunda Puerta del Príncipe, y el torero levantó vuelo de forma definitiva. A la primera llama del triunfo, Espartaco echó el carbón del éxito en Madrid, donde también sale por la puerta grande. A partir de ese momento comienza la trayectoria de Espartaco como máxima figura del toreo sustentada en una regularidad en el triunfo que demuestran la tercera y cuarta salida por la Puerta del Príncipe en las ferias de 1986 y 1987. Este último año, Espartaco se encerró en solitario con seis toros de Miura sin lograr el triunfo.
La hegemonía de Espartaco
Prueba de la hegemonía espartaquista desde aquel triunfo de 1985 son los siete años -hasta 1991- que Espartaco ocupa el primer puesto del escalafón rondando las cien tardes cada vez. En esos años, Espartaco da la cara en las principales plazas y ha triunfado en Madrid -donde en 1992 cortó una oreja cada