Espartaco, a tumba abierta
En un acto en Sevilla admitió su equivocación en la forma de dejar a Manolo González
El matador de toros Juan Antonio Ruiz Espartaco fue el protagonista de la primera jornada de los mano a mano organizados por la Asociación de la Prensa de Sevilla. Espartaco fue entrevistado por el periodista Fernando Carrasco.
El matador de toros sevillano recordó los pasajes más significativos de su vida. Habló de su etapa como novillero, “cuando no tenía la edad para torear en España y se fue a México. En aquella época la familia Lozano fue muy importante en mi vida; recuerdo con especial cariño a Pablo Lozano. Les debe mucho”.
Confirmó que su vida cambió en día 25 de abril de 1984 al encontrarse con el toro de Manolo González llamado Facultades. “Antes de aquella corrida había decidido pasarme a banderillero. Lo tenía tan decidido que el día 25 salí con una extraña tranquilidad. Si no pasaba nada en este festejo no me importaba mucho”. El toro que más miedo le hizo pasar fue precisamente Facultades, el de su triunfo, “porque era tan bueno que no podía fallar, no tenía ninguna excusa si no estaba bien”.
Espartaco fue apoderado por Manolo González, figura excelsa del toreo sevillano. Fue una buena etapa que se rompió de forma inesperada. En un rapto de sinceridad, Juan Antonio admitió que “es posible que en esa ocasión no estuviera a la altura de las circunstancias, me faltó hablarle al maestro y decirle que tenía que cambiar. Tenía una deuda moral con Pablo Lozano y quise cumplirla”.
La figura de su padre Antonio Espartaco no podía faltar. Lo calificó de “enfermo de los toros”. Al hablar de su progenitor contó una anécdota reciente. “Fue en Andujar hace unos días en un festival. Al final, quedaba un toro que tenía que sacrificarse por el tema de la enfermedad de la Lengua Azul. Quería matarlo a toda costa y llegó a proponerme que pidiera que lo soltaran para tirarse como espontáneo disfrazado con un pasamontañas”.
La etapa de su lesión fue “muy penosa”. Admite que precipitó su vuelta en 1995 e incluso en 1999. “Muchas cosas de esas fechas nunca las volvería a hacer ahora”.
Tal vez lo más interesante fue la disertación sobre su despedida en Sevilla en 1999. “Mi padre me había advertido que la corrida anunciada no podía embestir bajo ningún concepto, porque sus hechuras no eran buenas. Me pedía que me quitara del cartel. Intenté convencer que no podía hacerle eso a Sevilla y a la Maestranza. Pude convencerlo y la corrida siguió su curso. Pero me llamó el día del embarque para decirme que había un toro que era de tres avisos. Cuando se sorteó la corrida, me dijo, bastante aliviado, que ese toro no me había tocado. Ese toro le tocó a Ortega Cano y se lo echaron al corral”.
Espartaco está a punto de vestirse de luces para dar la alternativa en Valencia (Venezuela) al novillero César Girón, nieto del mítico matador venezolano, el día 14 de noviembre. En la próxima temporada volverá a lucir el traje de luces para inaugurar la plaza de Espartinas, su localidad natal. “Nunca diré que me he ido de los toros, porque seguiré toreando festivales y alguna corrida muy especial, pero lo que es seguro es que no volverá a reaparecer para una temporada normal”.
Carlos Crivell