El sevillano Borja Jiménez ha protagonizado esta noche una auténtica revolución en la plaza de toros de Tlaxcala (México), tras cortar dos orejas a su segundo ejemplar de José María Arturo Huerta en una faena de cante grande, verdad y cadencia. El torero de Espartinas firmó una actuación de enorme profundidad, templando y mandando con una naturalidad desbordante, especialmente al natural, por donde cuajó una obra de altísima expresión artística.
El público, completamente entregado, rompió en gritos de “¡torero, torero!” mientras Jiménez hilvanaba muletazos de una estética pura y sincera. La faena, rubricada con una estocada en buen sitio, le valió dos orejas de clamor y una salida a hombros junto a su compañero Isaac Fonseca. Antes, un pinchazo le privó del triunfo ante su primero, quedando su labor en una vuelta al ruedo entre calidez y reconocimiento de la afición tlaxcalteca.

El cartel lo completaban Ernesto Javier “Calita”, que fue silenciado, e Isaac Fonseca, que desorejó al tercero tras una faena de raza.

Borja Jiménez, que atraviesa un momento de plenitud tras su arrolladora temporada española, demostró en Tlaxcala que su toreo no entiende de fronteras. Su concepto, tan clásico como inspirador, encontró eco en una plaza que supo valorar la pureza y el compromiso del sevillano, convertido ya en un torero de dimensión internacional.

La Feria de Tlaxcala vivió así una de sus noches más intensas, con la emoción desbordada en los tendidos y la constatación de que el toreo, cuando se hace con verdad, sigue siendo un lenguaje universal que une a España y México bajo una misma pasión.

TLAXCALA, MÉXICO
Toros de José María Arturo Huerta.
Calita, silencio en ambos
Borja Jiménez, vuelta tras fuerte petición y dos orejas con petición de rabo.
Isaac Fonseca, dos orejas y palmas.