“Espero llegar a lo más alto”

“El día de la despedida de mi padre fue un día triste porque se marchó el mejor torero del mundo”

“Mi toreo es de pureza, pero si no hay sacrificio de nada sirve para lograr triunfos”

José María Dolls Samper, en los carteles José María Manzanares (Alicante, 1982), ha finalizado la temporada de 2006 colocado en lugar preferente para los aficionados. Su llegada al mundo de los toros, avalado por la carga genética del gran Manzanares, fue recibida con ilusión. Al principio, dejó constancia de su buena herencia. Tras la alternativa alicantina de 2003, los años 2004 y 2005 frenaron el optimismo. Pero el torero existía y ha explotado el año pasado. Ha pagado el tributo del nuevo escalafón. Ahora, nadie tiene dudas sobre su brillante porvenir.

– ¿Qué ha cambiado en Manzanares para pasar de estar sometido a la duda a que se le considere como una de las grandes esperanzas para el futuro?
– Ha sido una cuestión de trabajo y mentalización. Y sobre todo el cambio de mentalidad. Al comienzo del año pasado me planteé que era mi tercera temporada como matador de toros y que tenía pasar algo, que mi nivel tenía que subir, que no podía seguir sin una entrega al cien por cien, porque se podía echar a perder todo. Así que el invierno de 2005 fue de mucho trabajo y con la mente puesta en rendir al máximo. Ese invierno fue clave y creo que los resultados lo han demostrado.

– ¿Y qué había fallado antes? Manzanares es un torero cuya fuerza mayor es la calidad de su toreo.
– Me pasaba que no me creía de verdad que podía ser un torero importante. Soy una persona que tiene una cierta inseguridad y dudaba muchas cosas, de mis posibilidades, de mi capacidad, incluso de mi estilo torero. Todo eso se traducía en una falta de conexión con el público. No me sentía a gusto. En estos aspectos he cambiado mucho y ha sido por el trabajo en el invierno.

– ¿Hay alguna tarde clave en la pasada temporada?
– Claro que ha habido fechas decisivas, pero no sólo una, han sido muchas. En la temporada pasada quedé satisfecho de mi paso por Castellón, la tarde de la Feria de Abril de Sevilla, las dos tardes de Alicante y la de Huelva. Pero han sido muchas y todas encadenadas. Lo bueno para los toreros es que las buenas sensaciones tengan continuidad. Y no es necesario que sean plazas muy llamativas. Recuerdo faenas que me han dejado plenamente contento, como una de Aranda del Duero, otra en San Sebastián de los Reyes, la de Algeciras.

-La faena de Algeciras fue de una calidad especial. ¿Qué recuerda de esa tarde?
– Esa faena fue para aficionados entendidos. Ha sido uno de los toros que mejor he toreado con la mano izquierda este año. Al final de este recorrido, sigo pensando que lo mejor ha sido la regularidad.

– En la relación del año falta Madrid porque no toreó. Se supone que es la plaza que hay que conquistar para dar el golpe definitivo.
– Estoy deseando torear en Madrid. Pienso que de la forma que he andado este año puedo estar bien en Madrid. No es fácil, pero es un paso obligado en la carrera de cualquier torero y debe ser este año cuando aparezca en Las Ventas como matador de toros.

– ¿Es consciente de que si no renueva los triunfos en 2007 no valdrá de nada el esfuerzo realizado hasta ahora?
– Hay que renovarlo y mejorar. Ese sacrificio del invierno pasado a base de trabajo y cambio de mentalidad lo he seguido este año. En 2006 puse de acuerdo a muchos, pero ahora hay que ratificar y poner de mi lado a todos los que vayan a las plazas. No tengo otro camino que el trabajo, el sacrificio y la confianza en mis posibilidades. Si aflojo ahora lo pierdo todo.

– ¿Qué papel tiene un apoderado en la trayectoria de los toreros?
– El mejor apoderado es el mismo torero, pero como uno no puede hacerlo todo necesita una persona que le proporcione tranquilidad y confianza. Debe ser un buen profesional que tenga influencia, sea una persona ordenada y que transmita seguridad. El torero tiene bastante con salir a darlo todo delante del toro, pero debe hacerlo sabiendo que detrás hay un grupo de personas que se ocupan de otros asuntos.

– ¿Quiere decirme que está satisfecho con el apoderamiento de la casa Matilla?
– Pues he tenido mucha suerte. Toño Matilla cumple esos objetivos que contaba antes. Ya quise estar con ellos hace un año y ahora las circunstancias han favorecido que sean mis apoderados. Estoy contento porque saben muy bien cómo soy y eso es fundamental.

– ¿Qué sensaciones experimenta cuando recuerda la fecha del 1 de mayo de 2006?
– Fue el día que mi padre se cortó la coleta en Sevilla. No me lo esperaba. Con el paso del tiempo, mis recuerdos de ese día están mezclados. Si tuviera que elegir, en lo más íntimo, perduran los recuerdos tristes. Siempre comentó que nuca se cortaría la coleta, por eso cuando me llamó para que se la cortara sabía que era el final definitivo de su paso por los ruedos. Es triste porque, en mi opinión, es el mejor torero que ha existido y se juntaron muchos sentimientos en un momento. Que de golpe y porrazo decidiera ponerle fin a todo fue triste.

-Pero habrá también recuerdos alegres de esa fecha.
– Claro que sí. La reacción de Sevilla y de los profesionales que lo sacaron a hombros por la Puerta del Príncipe fue de una emoción muy grande. Fue un final como merecía ese pedazo de torero. Como hijo me alegro que se haya marchado. Se fue en Sevilla, que es la plaza que más le gustaba y lo hizo por la Puerta del Príncipe. Fue bonito, pero se acababa la historia de un torero muy grande y eso es triste.

– Ha toreado poco con su padre. ¿Por qué no han sido más frecuentes los encuentros?
– Me hubiera gustado torear más veces, pero al nivel que estoy ahora. Mi padre disfruta mucho conmigo y en este momento su satisfacción hubiera sido mayor. No ha sido posible. Torear con mi padre era muy peligroso, porque si estaba bien eclipsa a todos.

– Tiene por delante un año muy bonito con una fuerte competencia con toreros jóvenes que están apretando. ¿Qué opina del plantel de toreros que hay para buscar los primeros puestos?
– Es un momento bueno para la Fiesta. Hay toreros variados con mucha ambición. La competencia será enorme. Están Castella, Cayetano, Perera, Jiménez, Talavante y algunos más que saldrán a por todas. Se pueden hacer carteles preciosos. Me encanta ser uno de ellos. Creo que será un año definido para la Fiesta porque habrá muchas emociones. En mi caso espero seguir mi evolución y avanzar por mi camino.

– ¿Y cuál es el camino de José María Manzanares?
– Hacer el toreo bueno. Mi ideal es torear a gusto y sentir que la gente lo recibe como algo bello. Quero sentirme artista y llegar a emocionar, pero todo por el camino de la pureza. Es mi camino y hay voy a seguir.
– ¿Qué debe mejorar Manzanares?
– El toreo con el capote. Creo que con la muleta estoy bien. Pienso que toreo bien con la izquierda. Tengo mucha regularidad con la espada. Mi ideal sería llagar a torear bien con el capote. No es fácil, pero lo intentaré.

– ¿En qué cartel le gustaría estar anunciado?
– Me encantaría torear la Goyesca de Ronda. Es una corrida que significa mucho en la temporada y mi padre la ha toreado muchas veces. Y luego, naturalmente el Domingo de Resurrección en Sevilla. Este año no será posible, pero confío en estar anunciado algún año en la que creo que es la corrida más bonita de la temporada. Lo que me gusta es torear en corridas especiales.

– ¿Una meta para 2007?
– Que mi nombre sea referencia como un torero bueno, que sepan que tengo regularidad en mi estilo y que cuenten conmigo en los las ferias y en esos carteles que le dan sentido a ser torero. Eso no quiere decir que toree mucho. La cantidad está reñida con la creatividad. Hay que buscarle un argumento a cada corrida.

Carlos Crivell