La Maestranza llegó a convocar a 230.000 espectadores en los años de vino y rosas de la tauromaquia reciente. Sin embargo, el impacto de la crisis se tradujo en una fuerte caída de la asistencia al coso sevillano. Poco a poco, la Fiesta ha frenado la sangría de público en las grandes Ferias y las cifras de público se han ido corrigiendo, tal y como ha documentado La Economía del Toro.
Sevilla no permanece ajena a esta evolución. En 2014, la Feria de Abril convocó a apenas 110.000 espectadores. Desde entonces, el balance de público arroja cifras crecientes. Según declara Ramón Valencia en Aplausos, “en 2016 vendimos 176.000 entradas y en 2017 hemos tenido 180.000 espectadores. Vamos a seguir trabajando, como lleva haciendo la empresa Pagés, para acercarnos a las cifras de asistencia que registrábamos no hace tanto”.
Valencia reconoce que “la crisis no se ha ido todavía y más en esta zona del sur de España, donde hay un alto porcentaje de paro. Esa es una mochila difícilmente superable que llevamos todos. El poder económico de la gente es el que es y, obviamente, el público elige mucho y se apunta a los carteles más rematados. Insisto en que esos no son soportables desde el punto de vista empresarial, pero hay que darlos para intentar conservar e ir recuperando poco a poco abonados (…). Nos tenemos que apretar todos, eso sin ninguna duda. ¿Las figuras? Que se tienen que adaptar a los tiempos se les pide permanentemente. Ahora y siempre. También hay que comprenderles a ellos, que tienen una vida profesionalmente corta (aunque cada vez es más larga, por cierto) y una visión de su profesión distinta a la que podamos tener un empresario o un ganadero”.