Luis Carlos Peris.– Ahora que, sorprendentemente, ha sido para Victorino Martín la Medalla de las Bellas Artes, ahora que el gran cateto de Galapagar puede codearse con artistas como Ordóñez o Romero, ahora bien podría el Ayuntamiento contragolpear con su joven galardón al toreo de Sevilla. Reconocidos ya Pepe Luis y Curro, bien podría el tercer premio recaer en la ganadería de Miura tras más de siglo y medio engrandeciendo la Fiesta. Si Victorino, que lleva un siglo menos criando toros, ha sido premiado con galardón tan principal qué menos que el hierro de la A con asas reciba en su tierra el homenaje de reconocimiento a una trayectoria inigualable. Una ejecutoria que sirvió para engrandecer la leyenda de esta fiesta, tan singular y tan necesitada en estos tiempos de gestos que la blinde de tanto ataque exógeno. Es sólo una idea, pero la veo sobrada de razón.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño.