Se decía en los corrillos sevillanos que los maestrantes eran muy conservadores y que seguirían confiando la gestión de la plaza a la empresa Pagés, con 93 años en Sevilla, en base a ese supuesto conservadurismo. Sin embargo, a la vista de la decisión tomada, con la concesión de la plaza a José María Garzón, se ponen de manifiesto dos cosas: son tiempos nuevos para la corporación maestrante y el pleito interpuesto por Pagés ha sido definitivo para que se la haya despojado de la plaza.
Son tiempos nuevos con la llegada de Marcelo Maestre, que tomó el relevo de Santiago León Domecq y le dejó la patata caliente de la renovación del contrato. Marcelo es un hombre muy discreto, nadie puede afirmar que se haya pronunciado públicamente en este tiempo acerca del futuro de la plaza, pero en su núcleo duro había quienes deseaban de forma ferviente un cambio en la empresa. En esta nueva etapa, ha saltado la sorpresa del desalojo de Pagés en una decisión tan arriesgada como valiente. Se ha impuesto ese núcleo que quería cambiar las cosas, porque no consideraban admisible que el arrendado llevara a los tribunales al casero. Para ello se ha elaborado un nuevo contrato, de momento desconocido, pero que con toda seguridad atará muy bien todas las circunstancias posibles que puedan plantearse en el futuro. Y debe ser un contrato mucho más beneficioso para la entidad, donde no solo habrá subido ese 21,8% de los ingresos, sino que se habrán contemplado al milímetro todas las vías de ingresos. Es decir, parece muy probable que el nuevo contrato sea más que gravoso para la nueva empresa, que deberá aquilatar bien los números de gastos y ganancias para no perder dinero.
¿Qué motivos tiene la Maestranza para prescindir de Pagés? No cabe pensar que sea una mala gestión en cuanto a los resultados de estos últimos años. Basta recordar esta última temporada con diez no hay billetes y un nivel de asistencia general muy alto. Tampoco parece que la Real Maestranza pueda tener quejas de la puntualidad con la que Pagés ingresaba su dinero al día siguiente de cada festejo. Pagés ha sido muy meticulosa en este aspecto. Se podría aducir que la Real Maestranza no comulga con los planteamientos de temporada que ha hecho Pagés, con un Corpus con novillada y un 15 de agosto sin toros. Pero no parece que esa haya sido una motivación importante en la decisión final.
Sin ninguna duda, el pleito al que ha llevado la empresa Pagés a la Maestranza ha sido determinante. En segunda instancia, la entidad maestrante había ganado los dos asuntos, el del Iva y el de las entradas al museo. Pero Pagés, una vez perdido, y convencido de que estaba en su derecho y tenía las de ganar, recurrió al Supremo ambas sentencias de la Audiencia Provincial de Sevilla. Son recursos que aún no se han resuelto. Podría darse el caso paradójico de que ahora Pagés ganara los pleitos cuando ya ha perdido la plaza de Sevilla. Esos pleitos han sembrado un malestar profundo a una buena parte de los caballeros. Y han ejercido su posición de fuerza para no renovar a la empresa Pagés. La empresa recurrió porque, según parece, considera que estaba en juego su dinero y no estaba dispuesto a perderlo. Habría que saber si a la vista de lo sucedido no se arrepienten de ello. Algunos asesores jurídicos han podido tener un notable grado de influencia en todo este proceso.
Se va Pagés en un buen momento. Llega una empresa nueva ilusionante y ya con una notable experiencia en el mundo de los toros. El 1 de enero tomará posesión la nueva empresa y tiene 3 meses para conformar una feria de abril exigente, en la que se mirará con lupa todos sus movimientos.
Se le exigirá un toro de plaza de primera especial; en Sevilla no vale el toro de Málaga. A Garzón se le ha criticado que no presenta bien al toro. Ahora tiene la oportunidad de demostrar que no es verdad. A su favor tiene que muchos ganaderos tradicionales en Sevilla tienen la corrida guardada. Sevilla, igual que Madrid, tiene sus toros.
Tiene José María Garzón la obligación de intentar convencer a Morante para que se anuncie en la Feria de Abril. Junto a Roca Rey, es el único que llena con su nombre la plaza. Nadie puede afirmar a estas alturas si el descanso del torero cigarrero se acaba el 5 de abril, Domingo de Pascua. No parece fácil disponer de Morante, lo que complica algo la confección de una feria con dos semanas de toros.
Sería bueno que el día de Corpus haya una corrida de toros en Sevilla. Es algo más que factible. Distinto es lo del 15 de agosto, fecha casi imposible en la actualidad, porque ni las figuras querrán venir a Sevilla ni la gente acude a la plaza en una fecha tan especial del calendario veraniego.
El primer éxito de Garzón sería incrementar el número de abonados, que ahora anda alrededor de los 2.000 y que parece muy bajo para una Sevilla que llegó a finales del siglo pasado a los 7.000 abonados. La originalidad de Lances de Futuro en cuanto a las campañas publicitarias está demostrada, aunque en este aspecto Pagés lo hizo a la perfección. Debe cuidar todos los detalles con mimo sin perjudicar a quienes tienen un alto poder de influencia en su labor.
A quienes tenemos tribunas de información se nos pide una opinión sobre esta noticia que hoy ha sacudido al mundo de los toros. Las sensaciones son discordantes. Creo que la renovación de Pagés hubiera sido coherente. Creo que es un acierto poner en la empresa de Sevilla a José María Garzón. En lo personal, me duelen más otras personas que ahora tendrán que abandonar su puesto de trabajo y que han rendido de manera más que óptima. Es más que evidente que muchas cosas van a cambiar. Esperemos que los cambios sean sensatos. En este cambio habrá damnificados. Y que nadie piense que nos afectará a los periodistas. En absoluto. En ese aspecto, adelanto que estoy convencido que habrá justicia de trato y ecuanimidad.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño.