Carlos Crivell.– Paco Camino: 80 años de vida; 60 de matador y 50 de su gesta con seis toros.
Este texto se ha incluido en el programa de la temporada que edita la empresa Pagés
Este año 2020 está marcado por un centenario que nos recordará la figura grandiosa del Rey de los Toreros: José Gómez “Gallito”, del que se cumplen cien años de su muerte en Talavera de la Reina. Solapado por el recuerdo de este torero básico, en el año 2020 se celebran otras efemérides que no conviene dejar en el saco del olvido. En la figura de Paco Camino, uno de los más grandes matadores de la historia, convergen este año tres fechas redondas. Se celebrarán los 80 años de su nacimiento en Camas (Sevilla) el 14 de diciembre de 1940; 60 años de su alternativa en Valencia en 1960, y 50 de una de las corridas más importantes del siglo XX, la del 4 de junio de 1970 en Madrid con seis toros de diferentes ganaderías.
Paco Camino ha sido uno de los más grandes de la historia. Además de un torero clásico en el sentido más amplio de la palabra, este torero sabio ha sido un matador completo en todos los tercios. Solo le faltó poner banderillas. Su capote fue primoroso, ya cuando lanceaba a la verónica, ya cuando mostraba toda su gracia sevillana en unas chicuelinas personales que han marcado el desarrollo de este lance.
Su muleta conjuntó la elegancia y el poder, sobre todo cuando encelaba a las reses al natural, con un torero sereno, valiente y estilista. No solo fue su interpretación del natural, cualquiera de los adornos que surgían en la lidia de Camino rezumaban gracia y poderío. Y ha sido uno de mejores matadores de toros de la segunda mitad del siglo XX.
Se le llamó el Niño Sabio de Camas, pero su toreo con el capote tenía las esencias de los nacidos cerca del Guadalquivir. Sus verónicas nada forzadas eran limpias y dominadoras. A la chicuelina la puso de frente, para ya al final girar con gran sutileza.
Todo en su torero era de una aparente facilidad. Ese detalle le llevó a ser criticado como un torero algo desganado. Se habló de su mandanga. Pero fue un sambenito sin fundamento. Camino era tan clarividente en la cara del toro, todo surgía con tan pocos esfuerzos, que podía dar esa impresión de apatía algunas veces. Fue muy bueno con ambas manos en el toreo de muleta, aunque ya queda dicho que se alabó más su mano izquierda. Tenía un marcado sentido del temple y un valor fuera de lo corriente. Así le podía a los toros más complicados.
Sobre su forma de matar se ha escrito mucho, pero lo principal era que hacía la cruz de forma muy lenta, otra prueba de que el basamento de su tauromaquia era su valor sereno.
Paco Camino fue una gran figura del toreo en España y en México. En España alternó siempre con los mejores, como Antonio Ordóñez, Litri, Rafael Ortega, El Viti o Diego Puerta, entre otros. En México fue lo que allí se llama un consentido de la afición. Una faena suya, realizada en 1977 en la plaza de Querétaro, pasa por ser una de las más perfectas de la historia del toreo.
Fue un torero de asombrosa precocidad, como bien demostró en su etapa como becerrista y ya de novillero con picadores. Admiró a toreros como Ordóñez, Rafael Ortega y Manolo González. Se cumplen ahora sesenta años de su doctorado, el 17 de marzo de 1960, en la plaza de Valencia. Se celebró la corrida en el Domingo de Pascua con un cartel con reses de Urquijo para Jaime Ostos, Mondeño y el nuevo matador de toros. Paco Camino entró en la categoría superior con todos los honores, consiguiendo un éxito total en ambos astados, a los que les cortó la oreja, y salió de la plaza a hombros. En esta su primera actuación como matador estuvo muy torero, sin nervios y con seguridad. Ostos le cedió los trastos en presencia de Mondeño. El toro de la alternativa, de capa negra, respondía al nombre de ‘Mandarín’, marcado con el número 103 y 475 kilos de peso.
En su primera faena como matador de toros, el torero de Camas fue molestado por el viento, lo que no impidió que completara una buena labor con tandas de naturales soberbios, ligados con pases de pecho que entusiasmaron. Continuó muy torero y artista, con pases con la derecha, para terminar con media estocada superior. Se le concedió la oreja y recorrió el ruedo entre ovaciones. En el último de la tarde volvió a triunfar, cuajando una gran faena.
Esta corrida de Valencia fue el comienzo de una carrera de primera figura del toreo. Paco Camino confirmó su alternativa en la plaza de Madrid en 1961, un coso en el que sería uno de los toreros preferidos. La realidad es que ha sido considerado un torero de Madrid, de forma que su relación con la plaza de Sevilla fue de menos intensidad, lo que no quiere decir que en la Real Maestranza no lograra grandes triunfos. Se presentó en Sevilla como matador de toros el 19 de abril de 1961 en un cartel con Antonio Ordóñez y Mondeño.
Su trayectoria en los ruedos españoles tuvo su continuidad en México, donde siempre fue aclamado. Conviene recordar este año la corrida en la que lidió de forma gratuita siete toros en Madrid el 4 de junio de 1970. Se cumplen ahora cincuenta años de aquella corrida de Beneficencia que fue presenciada en toda España por televisión. El torero se había quedado fuera de los carteles de Sevilla y de San Isidro. Su respuesta fue el ofrecimiento para lidiar gratis la de Beneficencia. Camino mató los seis toros y el sobrero en una demostración de variedad y dominio y cortó ocho orejas.
Los toros elegidos fueron de las ganaderías de Juan Pedro Domecq, Urquijo, Miura, Pablo Romero, Joaquín Buendía y Arranz. El toro de Pablo Romero fue devuelto y se lidió otro de Juan Pedro. El sobrero fue de Felipe Bartolomé. La plaza recibió al camero, vestido de grana y oro, con una atronadora ovación.
Paco Camino lidió a cada toro según sus condiciones. Siete faenas distintas a reses de distintos encastes. Dibujó los más bellos lances, florecieron sus incomparables chicuelinas, toreó con la muleta con maestría y solo pinchó al séptimo de la inolvidable tarde. Esa corrida quedó ya marcada entre los mejores recuerdos de los que la presenciaron en directo o en la televisión.
Paco Camino mantuvo una relación difícil con Sevilla. Se quedó fuera de algunas ferias por sus exigencias de acuerdo con su categoría. Sin embargo, en la plaza sevillana logró éxitos notables, a pesar que se le miraba con lupa. La historia de Paco Camino ofrece datos que exceden de este recuerdo, como su relación fraternal con Diego Puerta, amigo y rival, que se plasmó en numerosas corridas en abierta competencia.
Paco Camino saboreó el triunfo en Sevilla, como ocurrió en la corrida del 29 de abril de 1965, con toros de Benítez Cubero, y un cartel con Diego Puerta, Curro Romero y Paco Camino, que redondearon una de las jornadas más emocionantes que han presenciado los arcos maestrantes. Diego, Curro y Paco, una terna que nunca se había reunido en Sevilla y que, por cierto, nunca más volverían a juntarse en su tierra. Sería dos años más tarde en Madrid donde de nuevo saldrían los tres a hombros por la Puerta Grande de Madrid.
Este de 2020 es un año especial para Paco Camino, que cumplirá en diciembre 80 años; en marzo podrá celebrar su 60 aniversario como matador de toros, y en junio se podrá rememorar la histórica corrida de la Beneficencia de Madrid. Quede ello como detalle de un año en el que la celebración de Gallito ocupará un sitio de honor, pero en el que es bueno recordar lo que fue Paco Camino en la historia del toreo.