El comienzo de la corrida fue trepidante, El toro Ponderoso, de Núñez del Cuvillo, fue muy bravo y muy noble. Un torrente de calidad con el hocico por la arena, con esa docilidad justa para abrirse en los finales de los muletazos, siempre presto a embestir con alegría y con una fijeza asombrosa. Ese toro con semejante torrente de casta brava, subió a las alturas en una faena sensacional de Saúl Jiménez Fortes. Se había ido a la puerta de toriles a recibirlo. Ya en los lances del saludo jugó los brazos de forma admirable. Tras un quite de Roca Rey, Fortes se hincó de rodillas para templar el natural en el centro del ruedo. A partir de ahí, una faena de mano baja, figura erguida, mando descomunal, temple milimétrico, quietud espartana, todo apenas sin toques, con un embroque sobrenatural y un remate del muletazo bellísimo. Ponderoso seguía embistiendo y Fortes seguía componiendo una faena asombrosa, en la que, si buenos fueron los naturales y derechazos, los de pecho ya llegaron a obras de arte. Faena de ensueño en el primero de la tarde, ese toro que tiene la fama de pasar algo desapercibido y que rompió en vítores La Malagueta ante una demostración tan hermosa del mejor toreo. La espada cayó trasera y el toro claudicó. Dos orejas y la vuelta para el toro.
El segundo de Fortes llevó el hierro de Jandilla. Toro basto de comportamiento, bruto y rebrincado. Se lo brindó a El Juli. Fortes lo saludó en el comienzo de la faena con manoletinas muy personales. A la tercera se lo echó a los lomos en una voltereta espeluznante. Parecía herido, pero se puso delante sin mirarse para seguir una faena con mucho tesón ante los brotes bruscos del Jandilla. El final fue emocionante entre los pitones, tirando del animal en muletazos en los llevó cosido a animal a la franela. A pesar de un pinchazo, otra oreja.
El quinto se partió el pitón izquierdo en el caballo. Salió un sobrero de Daniel Ruiz muy terciado, igual que el devuelto, que no tenía fuerzas. Se lo brindó a Roca Rey. La virtud de esta faena fue la fe en el toro, que acabó embebido en los vuelos de la muleta del torero malagueño. El temple por bandera, la colocación, el embroque perfecto, el remate airoso, todo fue a favor del animal que mejoró con ese buen tratamiento. Otra vez fueron deslumbrantes los pases de pecho. Otra oreja, a pesar de un pinchazo previo.
La tarde de este torero adquiere más valor cuando se recuerda que apenas torea, que era la primera vez que se ponía el traje de luces este año. Es evidente que esta situación debe cambiar, porque estamos ante un torero que no solo torea muy bien, sino que es muy buen torero. Al final de la corrida se fue a la enfermería. Estaba herido y así aguantó la corrida y la salida a hombros, para pasar a ponerse en manos de los médicos.
Roca Rey puso en práctica su toreo en una tarde de pocas prestaciones. Con el apagado y manso de Cuvillo, toreó sin regusto y lo quiso arreglar con un arrimón al final. Con el de Daniel Ruiz que hizo cuarto, hizo una faena sin continuidad a un toro mortecino. Lo mejor, como muchas veces, fueron los de pecho. Los circulares y el arrimón a toro hundido le permitieron cortar una oreja tras la estocada.
Otra oreja le cortó al sexto y esa tiene poca explicación. El de Jandilla soltó mucho la cara y el peruano no pudo solucionar el problema. Se sucedieron los enganchones en una labor prolija y espesa. La contundencia de la espada, una estocada caída, tal vez pueda explicar el trofeo.
Plaza de toros de La Malagueta, 20 de agosto de 2024. Séptima de Feria. No hay billetes. Dos toros de Núñez del Cuvillo, primero y segundo. El primero, excelente, premiado con la vuelta al ruedo. Dos toros de Jandilla, tercero y sexto, de poco juego, lo mismo que los de Daniel Ruiz, cuarto y quinto bis.
Fortes, de marfil y azabache. Estocada trasera (dos orejas). En el tercero, pinchazo y media estocada (una oreja). En el quinto bis, pinchazo y estocada tendida (una oreja).
Roca Rey, de blanco y plata. Estocada (saludos). En el cuarto, estocada corta (una oreja). En el sexto, estocada caída (una oreja).
Saludaron en banderillas Antonio Chacón, Paco Algaba y Viruta. Forte salió a hombros por la Puerta Grande. Pasó a la enfermería para ser atendido de una cornada.