La tercera de las lecciones magistrales de Aula Taurina tuvo como protagonista al matador de toros sevillano Manolo Cortés. En un acto moderado y presentado por Carlos Crivell, éste hizo un repaso a la trayectoria del torero de Gines desde su debut con caballos en Cortegana en 1966 hasta su retirada en 1997.
Se proyectaron unas imágenes que fueron buena muestra de la tauromaquia de Manolo Cortés. Posteriormente se desarrolló una entrevista del periodista con el torero con momentos muy sabrosos.
Manolo Cortés habló de su “enorme afición desde pequeño como motivo principal para haber sido torero”. Destacó el día del tentadero en Los Alburejos con la presencia de dos José Camará, cuando sorprendió, “sobre todo con una vaca de Cebada Gago muy complicada”. Ese día lo cogió Alberto Aliaño como apoderado y comenzó vestirse de luces. Habló de su alternativa en Valencia con Antonio Ordóñez y Diego Puerta, “porque en Valencia triunfé mucho como novillero”.
Cortés recordó sus grandes triunfos en Madrid, Pamplona, Bilbao, México, Valencia y Sevilla, “aunque una faena en Calahorra es de las que nunca se me olvidarán”. Admitió que fue, muchas veces, un torero abúlico, “lo que me perjudicó mucho”.
Dotado de mucho arte, Cortés destacó que “lo principal es la técnica, que es lo que te enseña a torear y te da ese punto de confianza y valor preciso para estar delante del toro”. Dijo que la torería es fundamental y habló del valor, “que se consigue con la seguridad y el oficio”.
No se quejó de nada, “porque cada uno llega a donde puede llegar según sus méritos”, aunque dijo que le hubiera gustado retirarse en Sevilla en la Feria de San Miguel, “pero a la empresa le faltó algo de sensibilidad”. La última de Sevilla fue en abril de1997 y la definitiva en Madrid con una de Palha.
Con torería, habló con el corazón a los jóvenes y destacó a su torero Pepe Moral, “que si continúa con la afición actual llegará a ser un buen torero”.