“Soy inconformista y ambicioso, así que me he decidido por un apoderado libre y cercano que me dedique todo su tiempo”
“El ejemplo de Sebastián Castella es muy estimulante para todos y me gustaría competir para ganarle la partida en los ruedos”
Con apenas 23 años cumplidos hace unos días, Miguel Ángel Perera (Puebla de Prior, 1983) es uno de esos toreros que tiene las mayores posibilidades de llegar a ocupar un puesto de privilegio entre los matadores. Desde su alternativa en Badajoz el 23 de junio de 2006, los aficionados siguen con lupa sus actuaciones. Su año 2006 ha finalizado con un nivel muy alto y triunfos sonados en Madrid y Sevilla. A pesar de esta bonanza, el torero extremeño ha sorprendido con una decisión casi inesperada. Ha dejado a sus apoderados, Martínez Uranga y Cutiño, para irse con un torero retirado hace pocas fechas y que debuta en esta tarea: Fernando Cepeda.
– He pensado mucho el hecho de dejar a una casa como la empresa de Madrid por un apoderado independiente. Pero estoy seguro de mí mismo. Sé lo que quiero y sé que Cepeda es el hombre ideal para mi carrera.
Así de seguro se muestra Perera, pero es necesario ahondar más. ¿Por qué precisamente Fernando Cepeda?
– Una vez que dejé mi relación anterior tenía algo muy claro: buscaba una persona que se dedicara en plenitud a mi carrera. Quería alguien con tiempo e independencia, pero que también me aportara cosas, porque soy muy joven y me queda mucho por aprender. Pienso que quien mejor le puede hablar a un torero es otro torero. Barajé nombres y me percaté que Fernando era la persona porque encajaba perfectamente en lo que necesito.
– ¿No le parece que para ser tan joven ha cambiado mucho de apoderados? Han dirigido su carrera Raúl Galindo, Simón Casas, Choperita y ahora Cepeda.
– Es una búsqueda permanente de la persona ideal. Soy joven, pero también ambicioso e inconformista. De todos los apoderados que he tenido guardo buenos recuerdos, pero ahora tengo más claro lo que quiero. Entiendo que tanto cambio pueda dar a entender que soy un torero complicado, pero no pienso así. El tiempo te enseña a delimitar lo que debe ser la persona que te acompañe. He buscado un trato personal y cercano. Tengo una gran ilusión en esta etapa que ahora inicio.
– Estará de acuerdo conmigo que el año 2006 no ha sido tan rotundo para Miguel Ángel Perera como se esperaba después de los comienzos de temporada. ¿Qué ha fallado?
– Claro que estoy de acuerdo. La temporada no ha sido la mejor. Si estuviera conforme con lo que he logrado mejor sería retirarse. Los triunfos de Olivenza y Valencia despertaron mucho ambiente, pero lo cierto es que en Sevilla y Madrid, en la Feria y en San Isidro, no acabó de rematarse la cosa y todo quedó en espera. Por fortuna, el final del año ha despejado muchas dudas.
– ¿No cree que 46 corridas son pocas para un torero con tanta expectación?
– En ese aspecto del número de corridas hay que recordar que se ha mirado mucho la calidad de los festejos. Se han dejado de torear corridas que no parecían las oportunas para mantener un prestigio. Podía haber acabado con 70, pero es mejor torear 46 buenas que un número mayor sin la debida categoría.
– ¿Cree que mantiene su crédito para la temporada 2007?
– Pienso que es aún mayor. Soy joven, he tenido un final de temporada muy bueno y me consta que las empresas contarán conmigo desde el principio. Con esto no quiero dar una imagen de prepotencia o conformismo. Un torero no puede estar nunca satisfecho con lo alcanzado, pero es una realidad que debo ser una apuesta segura para esta temporada.
– ¿Se lo jugará todo en Sevilla y en Madrid?
– En estos momentos, todos los toreros del escalafón tienen la necesidad de triunfar en Sevilla y en Madrid para que su temporada sea grande. Para uno por cuestiones de cantidad de contratos y para otros por la calidad y la cotización. Pero es que todo ha cambiado. Hay que triunfar en todas las plazas, hasta en los pueblos. En mi caso, soy plenamente consciente de que con una persona independiente al lado debo esforzarme al máximo para estar bien todas las tardes, pero lo de Sevilla y Madrid es diferente. Ahí está la clave de todo.
– Ha dicho Fernando Cepeda que el principal inconveniente de esta unión es que quien se lo tiene que ganar todo es el torero con la espada y la muleta. ¿No le parece que le deja toda la responsabilidad sobre el final de esta aventura?
– Claro, siempre se especula y habla y uno piensa las cosas que pueden pasar tanto en bueno como en lo malo. Pero es una decisión tomada en libertad y muy pensada. Los contratos dependerán de lo que logre en el ruedo, nadie me va a regalar una corrida porque sí, por tanto tengo que salir a por todas.
– ¿Son Castella y Talavante los compañeros que más le estimulan en este momento?
– Por fortuna soy un torero que me he venido arriba por mí mismo. Me ha pasado en estos años de matador cuando han llegado las dudas o creía que no me valoraban. En esos momentos siempre me he sacado mi orgullo para demostrar mis posibilidades. Lo que es verdad que hay toreros que deben ser siempre un espejo. El caso de Castella es de los más claros. Es de mi edad, tiene un tipo de toreo parecido y se ha plantado en la cumbre. Está claro que mi objetivo es competir con toreros como Sebastián, dentro de la admiración que le tengo porque ha logrado llegar a figura.
– ¿Y cómo juzga el fenómeno de su paisano Alejandro Talavante?
– Ha sido un impacto. Alejandro necesita un tiempo para demostrar en plazas importante hasta dónde puede llegar. El tiempo y el toro ponen a todos en su sitio.
– ¿Cómo se explica que Extremadura sea ahora una de las principales canteras de buenos toreros?
– Pues es cierto. Influyen varios factores. Soy muy partidario de las escuelas y la de Badajoz ha hecho una labor buena con el Patronato. Hemos coincidido varios chavales con ganas y cualidades y ahora se habla más de los toreros extremeños. Ahora hay más jóvenes que nunca que quieren ser toreros en Extremadura.
– Volvamos a Fernando Cepeda. El concepto torero de Cepeda mientras estuvo en activo fue muy definido en cuanto a su calidad y pureza. ¿Puede añadir algo al estilo de Perera el contacto que ahora tendrá con su apoderado?
– La personalidad es propia para cada uno, pero aquí nunca se acaba de aprender. La técnica es muy parecida para todos. A estas alturas Fernando no podrá modificar mi concepto, pero puede aportarme muchas cosas que me pueden beneficiar. Espero que pronto haya detalles en mi tauromaquia que los haya asimilado de un torero tan bueno.