Foto: Andrés Alfonso Quiles

La misa taurina de la Hermandad del Baratillo es ya un clásico en el panorama del toreo de la ciudad. Lo que en sus comienzos fue un encuentro limitado en su asistencia, con el paso del tiempo se ha convertido en una cita ineludible a finales de noviembre en la capilla de la Hermandad baratillera.

Así ocurrió ayer en la calle Adriano, donde se abrieron las puertas para que todos los que no lograron una silla en el interior pudieran seguir la ceremonia religiosa. Fue una asistencia masiva que tuvo en primer lugar la propia ceremonia, que ofició en director espiritual de la corporación, don Andrés Ybarra, acompañado por el sacerdote dos Plácido Manuel Díaz Vázquez. En su homilía, don Andrés hizo un símil emotivo sobre la fiesta de los toros y el evangelio. Presidiendo estaba la Virgen de la Caridad, que lucía la Cruz Pectoral que le regaló el cardenal Miguel Ángel Ayuso, sevillano, fallecido ayer mismo en Roma.

La nómina de asistentes es muy amplia. En la presidencia, el hermano mayor del Baratillo, Luis Fernando Rodríguez Carrillo; el delegado del Gobierno de la junta, Ricardo Sánchez, y el fiscal de plaza de la Real Maestranza, Luis Manuel Halcón. Asimismo, ocupó un sitio destacado el presidente del coso José Luque Teruel. La junta de Gobierno del Baratillo estuvo ampliamente representada, aunque destacaron los hombres más ligados al toreo: Pedro Dormido Girón, Joaquín Moeckel y Rogelio Trifón.

Y los protagonistas, tales como Paco Ojeda, Miguel Báez Litri, Tomás Campuzano, El Cid, Oliva Soto, Javier Zulueta, Manolo Vázquez, El Tato, Dávila Miura, Calerito, Rafael Torres, Curro Durán padre e hijo, Gabriel Puerta, Rafael Astola, Curro Robles, Curro Javier, Mariscal Ruiz, Miriam Cabas y Villita. Además, taurinos como el presidente de la plaza sevillana, José Luque Teruel, Rafael Peralta o Enrique Peña. Como símbolo de la unidad del acto, numerosas entidades estuvieron representadas, como la Tertulia Taurina El Porvenir la Tertulia Los 13 de Sevilla. El mundo de la prensa tuvo una presencia copiosa, como suele ser habitual.

La misa tiene siempre una doble motivación. Por un lado, es de acción de gracias por el final de la temporada. También es para recordar la memoria de quienes nos dejaron durante este pasado año. Y así, se dedicó por las almas de Carlos Corbacho, José Rodríguez Campuzano, Antonio Amores, Luis Saavedra, Emilio Oliva, Zurito, Juan Carlos Beca Belmonte, Pepín López, Juan Punta, José Luis Martín Lorca, El Jaro y los diestros Paco Camino y Pepe Luis Vázquez Silva. También se pidió por la salud de Diego Cantalapiedra, que fue miembro del equipo médico de la plaza de la Maestranza.

Al final de la misa, el hermano mayor mostró su agradecimiento a los presentes, para dar paso a una prolija intervención del catedrático emérito Manuel Romero, que disertó sobre unos versos del siglo XVIII, obra del dominico Fray Pedro de Guzmán y dedicados a la Virgen de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda, que fueron declamados por el periodista Jesús Vigorra.

Todo concluyó en la Casa Hermandad del Baratillo con un encuentro multitudinario de los asistentes en lo que se ha convertido en una inmensa tertulia de camaradería torera, en la que como es natural se brindó por la fiesta y se dio cuenta de un clásico pescao frito. Y es que, habiendo toreros, empresarios, apoderados y periodistas reunidos, solo se podía hablar de toros de forma confidencial. Una tertulia grandiosa que se ha hecho costumbre cuando el mes de noviembre declina y con el invierno a la vuelta.