La corrida de la Prensa de Málaga fue un mal espectáculo por culpa de la escasa asistencia de público y del mal juego de los toros del Marqués de Domecq, que sólo posibilitaron que Iván Fandiño cortara una oreja menor.

Plaza de toros de Málaga, corrida de la Prensa. Un tercio de plaza. Cinco toros del Marqués de Domecq y uno -primero- de Estaban Isidro, lidiado como sobrero por uno devuelto por inválido. Desiguales de presencia y de pobre juego por falta de fuerzas y casta.
Antonio Barrera, azul marino y oro, dos pinchazos y atravesada (silencio tras aviso). En el cuarto, pinchazo y estocada caída (silencio tras aviso).
Iván Fandiño, verde manzana y oro, pinchazo y estocada corta (silencio tras aviso). En el quinto, estocada (una oreja).
David Mora, rosa y oro, estocada corta baja y descabello (saludos). En el sexto, estocada (palmas).

Carlos Crivell.- Málaga

Pobre tirón tuvo la Corrida de la Prensa de Málaga, a pesar de que se anunciaban dos toreros de los que gustan a los aficionados. Acudió la afición que hay en la ciudad cuando se celebra una corrida fuera de la Feria. Si, además, la corrida resulta pesada y monótona resulta que es de las que no hace afición, más bien todo lo contrario.

La corrida del Marqués de Domecq, con muchos cinqueños, fue un compendio de carencias: pocas fuerzas y escasa casta. Aunque fue un lote de presentación aceptable, casi todos los astados exhibían hechuras que no presagiaban calidad, como así ocurrió. El quinto fue el más notable, por destacar a alguno.

Antonio Barrera pasó por La Malagueta dejando constancia de su buen oficio y poco más. Se lució en un quite por gaoneras en el primero, como respuesta a otro de Fandiño. El que abrió plaza fue un animal que llevó la cara por las nubes. Dos tandas buenas con la diestra y el toro no se dejó torear ya más. Buena voluntad sin posibilidades de lucimiento.

El cuarto fue manso. Se dejó en las primeras tandas sobre la diestra, pero el animal se rajó de forma escandalosa y Barrera se dedicó a correr tras el burel descastado.

Fandiño apareció por Málaga después de su tarde en Bilbao. En su ánimo pudo pesar lo ocurrido en dicho festejo. Mató un sobrero de Esteban Isidro en segundo lugar, manso, gazapón y amigo de mirar al torero. Fandiño abrevió sin darse coba. El quinto fue mejor. Se empeñó en torear sobre la zurda y consumió tres tandas en las que no ligó los pases. Sufrió un gañafón peligroso y cuando se echó la muleta a la derecha resultó que el toro era bueno. Fandiño se lució en tres tandas de buen corte, de nuevo sin ligarlos y aguantando cuando se acostó y lo puso en aprietos, que remató con muy buenos pases de pecho. Acabó por manoletinas y lo mató de una estocada en que se quedó en la cara del animal. La oreja, cogida con alfileres, animó la alicaída tarde.

 David Mora toreó bien con el capote al tercero. La faena fue de mano derecha. Dos tandas con mando y estética. Por la izquierda, el toro se quedó corto y la faena decreció en intensidad. Fue una faena "interruptus".

El cinqueño sexto embestía a trompicones. Carecía de fuerzas, pero a esas horas el personal no estaba para protestas. Mora lo cuidó en la muleta en una labor inteligente, pero había poco toro. De uno en uno, con el toro con la cara alta, la faena se hundió cuando el animal se derrumbó sobre el albero.

Foto: Aplausos.es (Joaquín Bueno)