Morante_México2016Luis Carlos Peris.– MI más sentido agradecimiento a Canal Plus por haberme permitido la dicha de ver el toreo que sólo parece posible en sueños. Ocurrió la pasada madrugada cuando eran las siete de la tarde al otro lado del charco. Una pena que al acontecimiento le pusiese sordina el dolor de ver cómo el descomunal embudo de Insurgentes registraba una pobre entrada, pero la dicha fue completa gracias al orfebre mayor del toreo contemporáneo y no contemporáneo. De nazareno y oro, José Antonio Morante nos metió en una especie de estado onírico con el cuarto toro de la tarde, un negro mulato que decidió colaborar para que la excelsitud brotase de las telas del genio cigarrero. Iba desgranando su tauromaquia y nos relamíamos pensando que, al fin, vamos a tener la oportunidad de disfrutarlo en nuestra plaza, que bien debiera ser la suya de una puñetera vez.