El matador de toros José Ortega Cano, ingresado en la UCI del Hospital Virgen Macarena de Sevilla tras el accidente que sufrió en la noche del sábado, a resultas del cual sufrió heridas muy graves. El diestro sufrió dos intervenciones quirúrgicas el domingo, una de ellas de seis horas de duración, en las que el equipo médico procedió a reparar los daños en abdomen, que le causaron una profusa hemorragia en una arteria intestinal, así como a reparar las diversas fracturas en el fémur izquierdo. El tratamiento médico que seguía Ortega con anticoagulantes fue decisivo a la hora de la presentación de las hemorragias. El torero ha sido sometido a un tratamiento con sangre fresca, plasma y sueroterapia.

Durante el día de ayer el torero ha permanecido estable respecto a las funciones hemodinámicas, está intubado y recibe respiración asistida y está profundamente sedado. Se especuló durante la mañana sobre la posibilidad de una nueva intervención, pero los médicos desestimaron esta opción. El parte médico emitido por el Hospital era escueto: ‘El paciente se mantiene sedoanalgesiado, con ventilación mecánica y hemodinámicamente estable dentro de la gravedad’.

El sobrino del torero, Francisco Ortega, en funciones de portavoz de la familia opinó que ‘tiene incluso unas décimas de fiebre, que los médicos nos han dicho que es buena señal, porque es una reacción natural del cuerpo ante las transfusiones recibidas durante la operación. Estamos esperanzados porque según los médicos hay pequeños síntomas de mejoría’. También trascendió que la función renal se había restablecido como señal optimista de cara al futuro.

A últimas horas de la noche, el mismo portavoz incidía en la estabilidad del herido. Según refería, ‘los médicos nos han comentado que las próximas horas serán decisivas para su futuro’. Este ambiente más optimista respecto a la recuperación del torero era compartido por algunos allegados, como el ganadero José María Garzón, último apoderado de Ortega, que en Madrid confirmó que ‘al parecer ha cedido la hemorragia y se mantiene estable, lo que es una buena noticia, porque todo el tiempo que pase ahora es positivo’.

Por otra parte, en la mañana de ayer se procedía en Castilblanco al entierro de Carlos Parra, fallecido en accidente. Entre un dolor mezclado con cierta indignación, algunos familiares del fallecido comentaron que Ortega Cano había estado tomando copas en el pueblo. ‘Esperamos que no se oculte información sobre las circunstancias en las que se produjo el accidente porque la otra persona sea famosa’, explicó un cuñado del fallecido.
 

El accidente de tráfico tuvo lugar alrededor de las 22.30 horas de este sábado, cuando el vehículo del matador de toros colisionó frontalmente con otro, cuyo conductor, Carlos Parra, de 48 años de edad y vecino de Castilblanco de los Arroyos, falleció en el kilómetro 28 de la carretera A-8002 que une la capital con Castilblanco, en concreto, a la altura de la urbanización La Colina. El primer informe del atestado de la Guardia Civil hacía referencia a ‘velocidad inadecuada del vehículo de Ortega Cano e invasión de carril contrario’. Posteriormente, se ha sabido que, por las huellas dejada en la carretera por coche del Ortega Cano, la velocidad era superior a los 90 kilómetros por hora.