El matador de toros Miguel Ángel Perera ha visitado en Sevilla al neurocirujano Francisco Trujillo Madroñal, que ha confirmado la lesión que sufre el torero en la columna, es decir aplastamiento y fractura de la L2, que le fue diagnosticada el pasado sábado en Bilbao y que le impidió actuar en la corrida prevista para esa misma tarde en la plaza de Vista Alegre.
El neurocirujano ha propuesto dos vías para la recuperación de esta lesión: esperar el plazo de tres meses dado por los médicos de Bilbao, o bien someterse a una cirugía que acortaría notablemente los plazos de recuperación, prácticamente a la mitad, y que recibe el nombre de verteroplastia.
El torero, que estuvo acompañado en la visita al médico por su apoderado, Fernando Cepeda, ha decidido someterse a la intervención, que tendrá lugar el próximo lunes, día 6 de septiembre, en la clínica del Sagrado Corazón de Sevilla, y que será realizada por el propio doctor Trujillo. La decisión está basada en la reducción del plazo de recuperación y en la indicación médica de que sometiéndose a esta cirugía la vértebra quedará más fuerte, lo que redundará en una mayor seguridad para el torero.
Perera podría comenzar a rehabilitar quince o veinte días después de la intervención. El proceso y los plazos de la recuperación total lo marcarían la propia evolución del torero en esa rehabilitación. Después tendría que comenzar a torear en el campo y ponerse a punto de nuevo delante del toro.
Estudiando los nuevos plazos de recuperación, tanto el torero como su apoderado dan por finalizada la temporada en cosos españoles, fijando la mirada en los primeros compromisos de la temporada americana en el mes de noviembre para una posible reaparición.
Ello supone que el extremeño no podrá actuar, entre otras muchas plazas, en Sevilla en la feria de San Miguel, donde compatía cartel con El Cid y Daniel Luque el sábado 25 con reses de Alcurrucén. La empresa debe buscar un sustituto o dejar la corrida en mano a mano.