Salvador Vega (Manilva, 1984) es uno de las grandes esperanzas de la tauromaquia actual. La pasada temporada fue uno de los jóvenes más esperados, aunque la realidad final es que no se cumplieron las expectativas y todo ha quedado en compás de espera. De la juventud de este torero y de sus cualidades, sólo cabe esperar lo mejor para el futuro. Si en 2005 no hubo el despegue definitivo, la temporada de 2006 se abre como otro reto para el joven espada andaluz.
– ¿Qué juicio hace el torero, a modo de balance, de la temporada pasada en la que tantas esperanzas había para su futuro?
– Ha sido una temporada muy irregular. En algunos momentos no llegué a sentirme bien y perdí el sitio delante de los toros. Cuando eso ocurre toreando casi todos los días no se puede un torero recuperar con facilidad. La clave fue que salí algo tocado de San Isidro y no fui capaz de superarlo. Recuerdo que en agosto había ferias muy buenas y no las aproveché. Eso me quebró todavía más la moral. Por suerte, ya al final, me vino una racha mejor y las cosas no acabaron mal del todo. Recuerdo con especial cariño la corrida Goyesca de Ronda y la feria de Valladolid. Por eso digo que ha sido irregular, pero la verdad es que no ha respondido a lo esperado.
– Se comentó que hubo problemas familiares que pudieron perjudicar su trayectoria torera. ¿Qué hay de cierto?
– No ha habido nada, por fortuna. También me llegó esa noticia de que había problemas de salud en mi familia, pero no es verdad y me sorprende que se digan algunas cosas tan alegremente. Lo que se decía era algo grave, que de ser cierto me hubiera afectado, pero no ha habido nada. Los problemas no venían por ese lado.
– Siendo tan joven y prometedor puede ser llamativo que admita su irregularidad. ¿Dónde está el problema?
– El toro actual es muy exigente, y más para los toreros jóvenes, a los que se les pide que se definan con rapidez. El torero no puede ser siempre una máquina; tampoco todos somos iguales y algunos necesitamos más tiempo de rodaje. Creo que me ha faltado carácter en ocasiones y moralmente me he venido abajo con facilidad. He sido muy frágil de moral y ahí han llegado muchos problemas.
– ¿Llegó con esa moral por los suelos a la Feria de Málaga?
– Este año no he estado bien en Málaga. Es mi feria. El año anterior, con toros menos buenos, había estado por encima, pero en la feria del año pasado llegué con el sitio perdido y no me asenté en ningún momento. No disfrutaba delante de los toros y así no se puede dar la dimensión verdadera. Tenía que dar la cara, no podía arrojar la toalla, pero sabía que no estaba a punto.
– ¿Y todo esto que me cuanta es un paso atrás en la carrera de Salvador Vega?
– Es difícil saber si ha sido un paso atrás. Se esperaba un paso adelante y no ha llegado. Lo definiría como una temporada de estancamiento.
– Sabe que no le van a permitir una temporada igual en 2006. ¿Qué espera de este nuevo año?
– Es una temporada crucial para mi futuro. Tengo que definirme este año porque es el momento. Como tantos toreros, espero que rompa a bien en Sevilla y que Madrid sea la catapulta. Ahora mismo, estas dos plazas son claves para mi próxima temporada.
– Habla de Sevilla. ¿Cómo juzga su actuación de la feria pasada?
– Salí contento de la corrida de los toros de Alcurrucén, porque corté una oreja con mucho mérito, dentro de una corrida que salió bastante complicada. En la segunda tarde me encontré a gusto con el primero, que llegó a darme una voltereta, pero ya con el otro no me encontré bien. Ese día no salí contento, porque un torero debe ser exigente consigo mismo y todos sabemos cómo hemos estado en cada tarde.
– ¿Será la de Sevilla una cita clave en la temporada?
– Puede ser la clave. A mi estilo torero le va muy bien la Maestranza, siempre han captado muy bien lo que hago, se torea a gusto porque se siente uno comprendido. Tengo unas ganas enormes de llegar a Sevilla para comenzar a demostrar que Salvador Vega sigue queriendo ser torero y que ese bache del pasado es historia.
– Sigue con Pedro Castillo como apoderado. ¿Es una buena decisión esta continuidad?
– Ha habido algunas llamadas, pero con Pedro me entiendo muy bien y él sabe quién soy como torero. No hay ningún problema. Sigo con Pedro porque tiene mi total confianza. Hasta ahora creo que llevado mis cosas a la perfección y no hay motivos para cambios.
– Algeciras es su tierra de adopción y Pedro no ha podido ser el empresario de la plaza. ¿Le hubiera gustado que su apoderado fuera el gerente del coso de Las Palomas?
– Pedro ha demostrado su capacidad como empresario en Los Barrios. Me hubiera encantado que le dieran la plaza. Pedro ha llevado por el mundo el nombre de Algeciras y si es el empresario sería un reconocimiento a esa labor que ha hecho. Se la han llevado los hermanos Lozano, que sin dudas son unos taurinos de categoría y llevarán con acierto la plaza.
– Finalmente, ¿se despertará este año Salvador Vega de ese letargo que padeció en 2005?
– Se puede decir que Salvador Vega no está dormido, más bien se puede decir que duerme con un ojo abierto y otro cerrado. Lo del año pasado ha sido una buena experiencia. Espero que ahora yodo sea distinto y camine siempre adelante. Lo mejor es que conozco los errores cometidos y las causas de lo que ha pasado y no me voy a dar coba. Hay que ser sinceros y no esconder el bulto.
– Me deja una duda. Habla de errores. ¿Se ha distraído en otras cosas el torero?
– En absoluto. Como he dicho antes, me ha faltado algo de carácter para afrontar las cosas y tampoco debo dudar cuando las cosas no ruedan bien. Creo que me he fortalecido y lo podré demostrar delante del toro.