A pesar de la oreja cortada, la corrida fue plomiza en general y sólo se despertó en las cogidas de Sergio Aguilar y en la faena de Salvador Cortés en el tercero.

 
Pitos por torear. A veces pasan cosas que no pueden tener ninguna justificación en la Real Maestranza. El Fundi entró en su turno de quites en el sexto, como le corrspondía. Una parte del público, más de la solanera, comenzó a pitar al madrileño en una actitud impropia de aficionados y de gente educada. Pensaban que le estaba quitando pases al toro de Salvador Cortés, pero detalles semejantes deben cortarse de raíz y debe ser la afición entendida quien se haga notar para callar a los ridículos protestadores.

Cuadrillas. El momento estelar de las cuadrillas lo firmó Luis Mariscal en el tercero en dos pares enormes por los que tuvo que saludar. También colocó un gran par Pablo Saugar «Pirri».

Malos puntilleros. Llevamos dos tardes de malos puntilleros. Se echa de menos a Enrique Lebrija. Algunos terceros fallan de forma lamentable.

El Fundi, sin banderillas. El Fundi no banderilleó a ninguno de sus toros. Puede ser una táctica premeditada para el futuro. Al final pasó a la enfermería porque el primero le había dejado una herida en la cara en un derrote tras el burladero.

Aguilar, sin chaquetilla. El mozo de espadas de Aguilar trabajó a fondo para reparar la chaquetilla destrozada por la cogida en el que abrió plaza.