La corrida del jueves, con una asistencia parecida a la de fechas anteriores, fue un festejo con buenas noticias. Además del triunfo de David Mora ante un toro extraordinario, por el tendido circulaba una conversación, según la cual algunos habían acudido a ver al torero que ha ganado el concurso del baile. Abellán no estuvo afortunado, pero al menos no bailó mucho.
SIETE PORTAGAYOLAS. Escribano ha recibido de rodilla a portagayola a los siete toros que ha lidiado en el abono. Es un detalle, al margen de que se pueda considerar que hacerlo siempre se convierte en rutina y que debe dejarse para ocasiones especiales.
DESPISTE PRESIDENCIAL. En el tercio de varas del sexto, el presidente sacó el pañuelo blanco cuando el toro no había ido ninguna vez al caballo. Lo curioso es que los clarineros tocaron en señal de obediencia. Despiste soberano del señor Fernández Rey. La gente, y el mismo presidente, se lo tomaron con humor.
CUADRILLAS. Tarde gris para las cuadrillas. No hubo nada destacado. Más bien hubo picadores infames, mejor omitir sus nombres, lidias espantosas y pares sin brillo. Si hay que elogiar algo, la lidia de Félix Rodríguez al tercero.
EL BÚCARO DE ABELLÁN. Miguel Abellán utiliza un búcaro blanco de los de toda la vida. Nada de botellas de plástico.