La final de las novilladas de promoción congregó a mucho público en los tendidos maestrantes, con predominio de los seguidores de Pepe Martínez sobre el resto de sus compañeros. Fue un festejo entretenido, aunque algunos lamentaron, con toda la razón, que se hubieran dejado fuera de esta novillada al burgalés Ruiz de Velasco, que ha sido el que mejor ha toreado en el ciclo.
Con ese magnífico ambiente, se lidió una novillada de Gabriel Rojas que resultó manejable con todos los matices posibles. Algunos se defendieron por falta de fuerzas, otros fueron más áspero, pero el tono medio fue más que notable.
Así ocurrió con el que abrió plaza, al que Pepe Martínez saludó con buenos lances a la verónica. Se dobló de entrada y continuó con varias tandas con la derecha con mucha decisión, aunque también con un punto de aceleración excesivo. La figura apareció encorvada en muchas ocasiones y ello desmereció del conjunto de su labor. Alargó en exceso la faena y escuchó un aviso antes de matar. La buena estocada dio lugar a la petición y concesión de la oreja.
La faena del cuarto fue mucho arrojo y nuevamente algo acelerada. El novillo derrotó al final del viaje. Martínez suplió con su decisión otros aspectos de su faena, de nuevo muy larga, y de nuevo con un aviso antes de matarlo. Al palco le costó mucho conceder la oreja, pero la parroquia seguidora del torero de Valencina era muy abundante. Se llegó a pedir de forma absurda la segunda oreja. En el haber de Martínez, además de su entrega, la buena espada, que fue la que le permitió cortar los trofeos.
Manuel Troncoso está muy verde con capote, muleta y espada. Más que deficiente con el capote, fue cogido dos veces por el segundo de la noche. A ese novillo le hizo una faena con temple, que parece la mejor cualidad del chavar de Los Palacios. Bajó la mano y templó la buena embestida del eral de Rojas. Con la espada se atascó por falta de la mínima técnica en la suerte.
No mejoró mucho con el quinto, De nuevo se apreciaron sus carencias con el capote. El extremeño Hurtado realizó un bonito quite a la verónica. En la faena simplemente voluntariosa. Debe quedar constancia de algunas trincherillas y muletazos por bajo de mucha belleza. Otra vez naufragó con la espada. Troncoso fue un novillero con una notable falta de rodaje.
De Coria, pero de la Escuela de Badajoz, Jorge Hurtado es un torero clásico con un innato sentido del temple, que aprovechó al tercero para lograr una labor de mucha calidad, todo a pesar de los gañafones que soportó en su labor. Tal vez abusó de torear algo despegado, pero del concepto no quedaron muchas dudas: Hurtado tiene buena clase.
También cuajó en una buena faena al sexto, animal con nobleza y pocas fuerzas, en apariencia lastimado. En banderillas cogió a Triviño sin consecuencias. La faena por ambos pitones volvió a poder manifiesto la buena clase, el toreo limpio y bien estructurado de un novillero muy prometedor. Todo los echó a perder con el pésimo uso de la espada.
Plaza de toros de Sevilla. Final de las novilladas de promoción. Casi tres cuartos de plaza. Seis erales de Gabriel Rojas, bien presentados y manejables con matices. Buenos el primero, segundo y sexto.
Pepe Martínez, de Valencina de la concepción (blanco roto y oro): Estocada caída (una oreja tras aviso). En el cuarto, estocada (una oreja tras aviso.
Manuel Troncoso, de la Escuela Curro Guillén de Utrera (celeste y oro): Tres pinchazos y media estocada (silencio tras aviso). En el quinto, tres pinchazos y estocada contraria (silencio tras dos avisos).
Jorge Hurtado, de Coria, Cáceres (rosa pálido y oro): Media estocada trasera (una oreja). En el sexto, seis pinchazos y estocada atravesada (saludos tras dos avisos).
Pepe Martínez fue sacado a hombros por la puerta principal. Saludó en las banderillas del segundo José Manuel Vera. Buenos pares de Miguel Murillo al tercero.
El jurado formado por los asesores del palco Luis Arenas, Gabriel Puerta y Antonio Ramón Jiménez proclamó triunfador a Pepe Martínez; segundo, Jorge Hurtado, y tercero, Manuel Troncoso.