Juan Manuel Pérez Alarcón.- Hace escasos días se ha presentado en Sevilla el abono de temporada para este año, compuesto por 22 festejos, en una rueda de prensa, según lo leído y comentado, más justificativa que explicativa, donde la empresa de Sevilla ha pretendido establecer un guión para motivar la decisión de que sí no han venido las figuras del «G-4», no es por culpa de ellos (se entiende la empresa), sino en todo caso, de los cuatro figuras que pretender ¿cargarse? este maravilloso mundo llamado fiesta de los toros.
Este modesto aficionado no pretende hacer de abogado del diablo, – no es mi pretensión – pero el abono de 2015 en Sevilla no es una mala feria, – si la comparamos con el año anterior – y este año entiendo que la empresa en un porcentaje menor, en la gestión de la contratación, no ha sido culpable de la «caída» del abono de las figuras cuyo nombre les voy a omitir.
Los aficionados a los toros en Sevilla, debemos ser conscientes este año que la empresa Pagés, encomendada por Canorea&Valencia, con más defectos en la gestión que virtudes, ha tenido la modestia de formalizar unas disculpas a petición de las figuras, someter criterios empresariales a la decisión unilateral del que suscribe una relación contractual, y sobre todo la paciencia de tener cuatro meses de gestión sin que se haya obtenido una garantía de éxito. Y eso me parece que no es culpa de una empresa, sino de la falta de voluntad de las partes que solamente el Derecho Privado es capaz de resolver.
Reitero, no es un mala feria, con algunas ausencias muy llamativas, como la de Diego Urdiales, que no debería ser tratado tan indignamente por las empresas, y en el «debe» de la empresa de Sevilla, deber tener esta contratación con un fluorescente rojo, por la falta de atino en no contratarlo. Carteles para todos los gustos y colores, con varios regresos que motivan a este aficionado, los ocasionales de Espartaco y Dávila Miura, que por casualidades de la vida, han tenido la fe y categoría suficiente por apostar por una plaza y una afición que respetan y quieren; no es una cuestión facil, y ya por eso, merece la pena acercarse a la Plaza de Toros de Sevilla.
Lo más negativo del abono, y que los empresarios deberán aclarar, tan pronto como sea posible, es el aumento de precio del mismo, con un planteamiento similar al del año pasado, esto es, con 22 festejos de abono, por lo que se deduce que la subida se justifica muy bien, o el petardo esta asegurado en taquilla. En eso la gestión de Pagés es deficiente. En estos tiempos de crisis, tanto económica, como de clientes/aficionados, es peligroso subir los precios de los abonos y/o localidades sin mediar razón o explicación alguna. Por eso en Sevilla, pasar por la taquilla del Paseo de Colón, es una cuestión de verdadera fe.
Por último, la empresa de Sevilla debe repasar sus actuaciones, contrataciones y meditaciones en los últimos diez años para explicar que de aquellas «acciones vinieron estos problemas», o lo que es lo mismo de aquellas «chulerías vinieron estas negativas», para entender lo que realmente esta pasando en Sevilla. Sería interesante que todos los actores en esta cuestión, incluidos los Señores Maestrantes, tuviesen la firme voluntad de pacificar cuestiones, y pensar un poco en la fiesta de los toros y en el cliente del espectáculo, que son dos elementos que, con fe y mucha voluntad, sienten la necesidad de que alguien ofrezca explicaciones y criterio para entender esta situación de indefensión. Esperemos que esta temporada sea la última y que todos los actores en el problema de Sevilla tengan la suficiente fe para resolver este problema como nosotros la vamos a tener para sacar el abono de esta temporada.
Publicado en el blog Y digo to…