DSC_0014 - copia - copiaLuis Carlos Peris.- Tolerancia cero con la tortura es el argumento de esa caterva de impresentables que anida en las filas antitaurinas para sus tropelías. Respeto al antitaurino que respeta, pero detesto a los que insultan a las puertas de la plaza y, sobre todo, a los que utilizan el vandalismo para hacerse notar. El enésimo ataque a la estatua que representa a un artista excelso deja al descubierto los modos y las formas de estos impresentables. Ataques alevosos que hablan bien a las claras de una cobardía que les hace despreciables. Igual que le rompen el violín a Mozart o que decapitan a una figura del monumento a Bécquer en el fragor de una noche de alcohol y sustancias poco recomendables, pintarrajean la figura de Curro Romero. Es la quinta o sexta vez que estos cafres agreden a un símbolo tan sevillano y que también piden a gritos tolerancia cero… pero con ellos.