José Luis López.- Ha terminado San Fermín 2019. El pasado domingo se lidió la corrida de Miura y unas horas más tarde se entonó, en la plaza del Ayuntamiento, el “Pobre de mí” que pone fin a las Fiestas del santo. Los Sanfermines de 2019 se recordaran por muchas cosas, entre ellas, las quejas de algunos corredores que no han podido o sabido encontrar toro en algunos encierros, y han levantado una, para mí, incomprensible polémica, protestando por cosas bien hechas, por cosas que los responsables de ellas, han realizado con suma profesionalidad, como son la buena preparación de los cabestros y la obligación del Ayuntamiento, esparciendo el liquido antideslizante por el recorrido del encierro, para velar por la seguridad de todos los participantes en él, (incluidos los que protestan) y por la de los toros que se han de lidiar por la tarde en la Plaza, ya que no podemos olvidar, que la razón fundamental de los encierros, son las corridas que se celebran por la tarde, así nacieron y así deben de continuar, por mucho que la RTVE se empeñe en ningunear, un año si y el otro también las corridas de toros en Pamplona. y en cualquier otro lugar donde se celebre un festejo taurino, de los muchos que se dan por toda la geografía española.
Luis del Campo Jesús (1912-1995), médico forense pamplonés, gran investigador y considerado “el historiador del Encierro”, asegura en sus escritos, que “Pamplona es la ciudad con más tradición en los encierros, pues estos se han llevado a cabo siempre que ha habido corrida, y siempre estuvieron condicionados por la ubicación de la Plaza de Toros”. Pamplona tuvo cinco recintos edificados exclusivamente para dar corrida: Hasta 1843 originariamente, en la Plaza del Castillo; en 1844, tuvo la primera Plaza de Toros fija; en 1850, fue una Plaza de quita y pon; más tarde en 1852, se construyo la Plaza de Toros “Vieja” y en 1922 se inauguró la Plaza de Toros actual, pues bien, para que llegaran los toros a cada una de las plazas, siempre ha habido que modificar el itinerario del encierro.
También recordaremos estos Sanfermines, por las grandes faenas de toreros, que se han jugado la vida para triunfar en el coso navarro, unos lo han logrado y otros, como Rafaelillo y alguno más, han tenido que salir de la plaza en ambulancias. Hemos podido admirar toros con trapío, amplios, y de cara más allá de lo normal, fuertes, enmorrillados y excelentemente rematados. Ejemplares hermosos, únicos en el mundo y realmente representativos de la cabaña brava española. Toros lidiados en una Plaza llena hasta la bandera, a la que acude un público diferente al de cualquier otra Plaza de Toros, y que en los dos espacios que ocupan, bien definidos por el astro rey, un público de sol y otro de sombra, disfrutan, a su manera, de los toros y de los toreros. Pero, esto no tiene el menor interés para RTVE.
Antes de este festejo único, cuando despunta el día, en la ciudad navarra, se vive otra clase de fiesta, donde el toro es también protagonista. Miles de aficionados y visitantes de cualquier parte del mundo (ya se encargó Hemingway de pregonarlo en sus libros Fiesta (1926), Muerte en la tarde (1932) y cientos de crónicas sobre las fiestas de San Fermín) se congregan entre la Cuesta de Santo Domingo y la Plaza de Toros, para vivir el encierro, el traslado festivo de los toros que se han de lidiar por la tarde en la plaza navarra que diseñó en 1920, el arquitecto donostiarra, Francisco Urcola, diseñador también de la, hoy inexistente, Monumental de Sevilla, por lo que los dos cosos taurinos guardaban grandes similitudes.
Estoy seguro que todo lo que llevan leído, ya les sonaba de algo, pues la RTVE, la de usted, la mía, y la de cuarenta y tantos millones de españoles, hace años que viene realizando un gran despliegue de medios humanos: más de 80 profesionales técnicos, redactores, etc… 29 cámaras (tres de ellas en tirolinas) y muchas horas, para retransmitirnos en directo los encierros de cada jornada, y durante el resto del día en diferido, junto con las noticias que este acto genera. Todo esto con una gran profusión de detalles, que yo agradezco, y que nos enseñan todo lo que significan estas carreras matutinas de los toros y los mozos, a través de las calles del Casco Viejo pamplonés.
Este año, afortunadamente, he podido conocer que los mozos ahora utilizan unas zapatillas de deportes para correr, muy diferentes a las alpargatas que se usaban hace…no sé cuantos años, o que cada vez va creciendo el número de corredores que utilizan la camiseta del club de futbol de sus amores, para correr por la calle Estafeta. Pero lo que realmente este año me ha hecho feliz es que, gracias a la investigación de los sufridos reporteros de la RTVE desplazados a Pamplona, por fin he podido despejar una tremenda duda que me atenazaba: La vara que llevan los pastores para cuidar del buen comportamiento de los toros durante el encierro, ¡Es de fresno, dura, flexible y de una longitud que debe llegarle a quien la porta, hasta la altura de la barbilla! Ni un centímetro más, ni un centímetro menos. Son detalles que ningún aficionado a los toros, debe de olvidar.
“Puedo aceptar pulpo, como animal de compañía” Igual que me parecen bien que todos estos detalles, que la RTVE los muestre, los divulgue y los promocione por doquier, pero me parecería mejor, más completo y sobre todo, más natural (…como el toreo de Pablo Aguado) que en el informativo de las 21h., aprovechando la cantidad ingente de medios y personas que tiene nuestra TV, por estos días en Pamplona, nos pudieran dedicar, sin sonrojos ni falsos prejuicios, además del minuto y medio que le dedican al festejo del día anterior, a las 7.30h. de la mañana, unos minutos de la corrida del día, que nos informaran de cómo han estado los toros y toreros en el espectáculo fundamental para que exista el encierro: La Corrida.
Es una pena que solo nos den esta información, cuando ha ocurrido alguna desgracia en el ruedo. Buscando siempre la parte más negativa y morbosa de nuestra Fiesta.
Sé que estas líneas, como muchas otras, caerán en el olvido, pero un servidor, como el recordado Paco Martínez Soria, en la película de José Luis Sáenz de Heredia, “Don Erre que erre”, continuara insistiendo, una y otra vez, en reclamar el derecho a la información (Aunque sea taurina) que todos los aficionados a la Tauromaquia tenemos.