predetPor Luis Carlos Peris

 

ACERCÁBASE el Año Nuevo en México y aquí nos cogió en plena resaca de la Nochevieja cuando llegó la noticia de la muerte de Joaquín Cagancho. Tarde tranquila en el periódico, muy tranquila, y se me ocurrió llamar a Pepe Luis para que me hablara de Joaquín. Y el irrepetible diestro de San Bernardo me contó que una tarde de mucha calor toreó con Cagancho en Priego. En la siesta fue a fumarse un cigarro a la habitación del gitano y se lo encontró tapado con una manta. Extrañado le preguntó cómo con esa calor… «Niño, cuando tú lleves el tiempo que yo llevo en esto ya verás cómo se te enfrían los pies antes de vestirte de torero», le contestó. Se cumplen treinta años de la muerte del que fue calificadocomo Talla de Montañés y la verdad es que tenía razón, pues cada día pasa con más frecuencia que se nos hielan los pies en cuanto nos echamos a la cara los periódicos.

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