Luis Carlos Peris.– Entramos en un fin de semana hermosamente atípico. De nuevo, al fin, afortunadamente, toros en Sevilla tras casi dos meses con la persiana bajada. Desde la final de noveles, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería sólo se celebró algún espectáculo de la Bienal y pare usted de contar. Fue como una dura cuaresma para el aficionado a ese magno espectáculo en el que se muere de verdad. Y para hacernos el cuerpo, no vaya a ser que nos coja fríos, una novillada en la que figura lo mejor del escalafón. Eso será en este último viernes de septiembre, pero la noticia grande es que para mañana y pasado se anuncian sendos llenazos. Vuelve el orfebre de La Puebla tras su larga ausencia de su tierra, se va Padilla y concita un interés enorme Roca Rey, ese ciclón peruano que tiene revolucionado el planeta de los toros. Y el domingo, más, qué gran noticia.

A %d blogueros les gusta esto: