Galván_Algeciras24Carlos Crivell.– La corrida se saldó a picotazo por toro. En algunos casos hay dudas sobre si fue un picotazo o aún menos, como en los sucesivos marronazos del picador en el tercero. Se vuelve a poner en cuetión si en estos tiempo hacen falta dos picadores por cuadrillas. La gente celebra que no se piquen los toros.

Abrió plaza un remiendo de Salvador Domecq que fue un inválido descarado. Enrique Ponce le dio pases a media altura y a media distancia. Sin inmutarse, como si estuviera en una placita de tientas. La buena técnica del torero y semejante animal conformaron un pasaje carente de emoción.

El cuarto tampoco le permitió al torero de Chiva lograr el triunfo. El toro fue manso y muy descastado. Metió cara con sosería en una labor de Ponce a media altura. El animal se tumbó ya al final de la faena. Faltó la ligazón ante un toro sin vida ni fuelle. Era el toro de la merienda, solo así se explica que la plaza pidiera la oreja con furia, algo que no compartió el palco.

Con el segundo aparecieron en el ruedo los de Núñez de Tarifa, antiguamente llamados Benjumea, en definitiva de Núñez del Cuvillo. El segundo tuvo nobleza por el lado izquierdo y se paró precozmente. Mientras se movió, Talavante toreó por naturales con facilidad. Cuando se paró, Talavante tiró de recursos. Tampoco hubo emoción.

El quinto, un jabonero chiquito, cambió el signo de la corrida. Embistió con calidad y acometividad. Se vino arriba en la buena faena de Talavante, una labor de ritmo creciente, templada e imaginativa, que en las tandas finales ofreció un toreo de alto voltaje. Esa excelente labor del torero pacense quedó en nada ante el fallo con la espada.

El tercero se comportó como su hermano anterior. Galván, que tiene el hambre de quien torea poco, se fue a portagayola y lanceó por verónicas y chicuelinas. Se lució en un quite mixto de saltilleras, tafalleras y caleserinas. El toro duró tres tandas y se paró. Galván corrió la mano en el toreo fundamental con muletazos de buen concepto. A toro parado, el diestro isleñó se metió en sus terrenos para dejarse acariciar el terno por los pitones del animal. Acabó con manoletinas. Lo que sobresalió fueron sus ganas de triunfo. La estocada fue fulminante y sus medio paisanos algecireños reclamaron y lograron las dos orejas para su torero.

Ya como triunfador del festejo, Galván se gustó en los muletazos rodilla en tierra del comienzo de su labor. Fue otro toro bueno que salvó en parte a la divisa. Galván se sintió a gusto en el toreo fundamental por ambos pitones, relajado, con un embroque perfecto, en tandas que levantaron la tarde ya cuando la noche había llegado al coso de Las Palomas. La plaza hirvió con el toreo de Galván, que demostró que tiene hambre torera. Lo mató en el centro del ruedo y se adueñó del festejo entre el clamor de la plaza.

Plaza de toros de Algeciras, 24 de junio de 2016. 3ª de Feria. Más de media plaza. Cinco toros de Núñez de Tarifa y uno, 1º, de Salvador Domecq. Todos muy justos de presentación. El de Domecq, inválido. 2º y 3º, nobles y descastados. El 4º, manso y descastado. 5º y 6º, nobles y con mayor acometividad. El sexto, premiado con la vuelta al ruedo. Enrique Ponce, de azul rey y oro. Estocada delantera (saludos). En el cuarto, estocada (vuelta al ruedo). Alejandro Talavante, de turquesa y oro. Estocada (saludos). En el quinto, dos pinchazos y tres descabellos (saludos). David Galván, de rosa y oro. Estocada trasera (dos orejas). En el sexto, estocada caída (dos orejas y rabo). Salió a hombros por la Puerta de la Feria.

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