Novillada para rematar la Feria de Algeciras con la feroz competencia del fútbol y poca gente. Novillos sosos y novilleros corrientes en este soso final del ciclo.

Ganadería: seis novillos de Carlos Núñez, tres más chicos y tres bien presentados, en general sosos y nobles. Fueron buenos el tercero, cuarto y quinto.

Salvador Barberán: estocada que asoma y estocada trasera (saludos) y estocada trasera (una oreja tras aviso).
Alejandro Esplá: estocada (saludos con palmas) y dos pinchazos, estocada tendida y cuatro descabellos (saludos tras aviso).
Hugo Iglesias: estocada perpendicular y atravesada y siete descabellos (saludos tras dos avisos) y estocada (una oreja).

Algeciras, 29 de junio de 2008. 4ª de Feria. Un cuarto de plaza. Saludó en banderillas José María Soler.

Carlos Crivell.- Algeciras

Mala suerte para la novillada final de la feria algecireña con la coincidencia del fútbol. El mismo desarrollo del espectáculo se resintió: todo se hizo con prisas. La merienda fue breve. Los cambios de tercio, rápidos. Si a todo le sumamos una novillada de Carlos Núñez tan noble como sosa, se puede entender que la tarde no tuvo muchos argumentos para recordar en el futuro.

Salvador Barberán está ya visto en este escalafón. Es un novillero definido. Además, como tiene una gran envergadura no transmite muchas emociones verlo en la cara de los utreros. La suya fue una tarde que sirvió para confirmar lo que conocemos de su estilo torero. Le preocupa mucho la compostura y se olvida a veces de mandar en las embestidas.

Poco brillante fue la lidia de sosísimo primero, que con pocas fuerzas y la cara a media altura no permitió pases lucidos del algecireño. Puso más garra en una tanda con la derecha, estuvo templado y le dio sitio al de Núñez, pero aquello no remontó.

Aprovechó la mejor condición del cuarto para hacer otra faena de corte artístico, muy compuesto, con pases de bella factura, sobre todo por el pitón izquierdo, que fue el mejor del novillo. La falta de fuerzas de los primeros compases quedó corregida conforme avanzó la faena. Remató con manoletinas y tocó pelo en su tierra. Barberán no pinta ya nada en el escalafón novilleril. Con la espada está aún más verde. Se queda en la cara del toro y tres veces resultó cogido. Si no aprende pronto tendrá serios problemas. No siempre se enfrentará a reses tan cómodas de pitones.

Alejandro Esplá era novedad por estos lares. No se pudo comprobar por completo su estilo torero en el segundo, novillo de extrema sosería. Se pudo apreciar su inexperiencia, se dice en estos casos que está verde, y muleteó con el defecto de no adelantar nunca la muleta. La suma de un novillo soso y medios pases convirtió la faena en un tormento.

La imagen con el quinto fue mejor. Más tranquilo, aprovechó el pitón izquierdo del astado en una faena reposada, de nuevo dejando atrás la franela, pero que acertó a rematar por abajo. La gente estaba muy contenta y había cantado un gol de España, lo que ayudó a que se mostrara más participativa con el chaval. Fue volteado sin consecuencias y acabó con derechazos más templados. En este toro, Esplá, que es la antítesis de su padre, fue un torero sereno y templado.

También es muy nuevo Hugo Iglesias. Manejó bien el capote en el tercero. Compone bien la figura y echa la pata «alante» como mandan los cánones. Aprovechó la calidad de este novillo por el lado izquierdo para darle pases de buen concepto, mano baja y notable sentimiento. Toda esta labor, a veces algo embarullada, no tuvo remate con la espada.

El sexto fue manso en varas. La lidia fue premiosa. De nuevo se mostró acertado en el manejo de la zurda en pases hondos y templados. El novillo era algo reservón y Hugo se la dejó siempre en la cara, aunque no siempre respondió el astado. El toreo con la derecha fue más embarullado. El de Núñez acabó parado y le puso voluntad. Le queda camino por delante y debe corregir defectos.

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