Ponce y El Juli, en triunfo. Foto: Rocío de la Oliva Martos

Rocío de la Oliva Martos.- De nuevo se volvió a abrir la puerta grande de Alicante en la despedida de la Feria de Hogueras, hoy también con doblete de Ponce y El Juli que lidiaron su ganadería predilecta, Garcigrande. La suerte no acompañó a Cayetano, que cerraba el cartel.

Cuando vamos a ver a Enrique Ponce sabemos a lo que vamos, toreo en línea recta para que todos sus toros le aguanten, «poncinas», genuflexiones y por supuesto, la gente enloquecida. Se notaba que había valencianos en los tendidos, hasta alguno que otro llorando a lágrima viva de emoción cuando le cortó las dos orejas al segundo. En el primero perdió un posible trofeo por la espada y si el reloj no me falla, puede que le perdonaran un aviso, escuchó dos. El caso es que Ponce lleva casi veinte años y no podemos discutirle que está en primera línea, la gente lo sigue, lo quiere, lo idolatra y paga por verlo. Enrique torea de capa y de muleta, y eso condujo a resultado de dos peludas y puerta grande.

El Juli se sube al carro, ¡cómo no!. Después del año que lleva no quiere dar puntada sin hilo. En el primero ya lo revolucionó todo con su poderío que llena todo el ruedo. Manos bajas a la verónicas y excelsa suavidad para el recibo capotero. Con la muleta era como si le dijera al toro «Yo soy el que mando aquí», tanto tanto mandó que le cortó los dos apéndices.
En el segundo montó el taco con el capote, hasta cinco quites hizo. El más jaleado y esperado fueron las clásicas «lopecinas» que, normalmente, las hace cuando intuye que algo gordo está por pasar. La gente hasta le pidió que pusiera banderillas. Lástima que el toro lo dio todo en el capote y fin de la historia.

Cayetano no quería quedarse atrás pero la suerte es cosa del destino y no era el día para el triunfo. En el tercero Alberto Zayas fue prendido sin aparentes consecuencias, se encuentra en el hospital para estudio radiológico. Y en la suerte suprema Cayetano recibió un fuerte pitonazo en el abdomen que le hizo pasar por la enfermería, también sin consecuencias aparentes. Cayetano se fue de vacío, con una sola ovación en el primero y un cabreo monumental por no poder cargar con algún premio en el esportón.

En la tarde de hoy hemos sabido que se han enviado dos pares de pitones de la corrida del día 22 de la ganadería de Luis Algarra para realizar un análisis postmortem en el laboratorio de Comillas.

Plaza de Alicante, casi lleno para un encierro de Garcigrande.
Ponce, de azul cielo y oro, saludos y dos orejas.
El Juli, de tabaco y oro, dos orejas y ovación.
Cayetano, de azul eléctrico y azabache, saludos y silencio.

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