Novillada de lujo de Fuente Ymbro y tres orejas, una par cada novillero en Almería, donde Álamo y Fernández estuvieron en novilleros mientras Duffau se mostró más frío y conservador. 

Fuente Ymbro / Thomas Duffau, Juan del Álamo y Esaú Fernández

Plaza de Almería, 23 de agosto de 2010. 2ª de Feria. Menos de media plaza. Seis novillos de Fuente Ymbro, el segundo lidiado como sobrero. Todos, bien presentados, bravos, encastados y nobles, salvo el manso quinto. Excelente, el jabonero lidiado como sobrero en segundo lugar.

Thomas Duffau, de caña y oro, media estocada (una oreja).En el cuarto, estocada (saludos).
Juan del Álamo, de grana y oro, estocada (una oreja). En el quinto, dos pinchazos, media atravesada y descabello (saludos tras aviso).
Esaú Fernández, de tabaco y oro, estocada (una oreja). En sexto, pinchazo y estocada (vuelta al ruedo).

Carlos Crivell.- Almería

Salió una novillada de Fuente Ymbro de lujo, que quiere decir que eran seis utreros parejos, cómodos de cabeza, bonitos de hechuras y que embistieron los seis, un milagro que les puso en bandeja a los chavales la posibilidad de expresar cómo torean y cuáles son sus posibilidades.

Todos los novillos se dejaron torear, unos mejor que otros, pero siempre con las virtudes que se les exigen a los astados para el toreo de nuestros días. Se movieron con clase, desarrollaron fijeza, humillaron y sólo se les puede achacar que adolecieron de fuerzas, aunque no todos, como los dos jaboneros, que tenía un motor sobrado.

Es el ganado que marca a un torero. Por ejemplo, el que abrió plaza fue una máquina de embestir con nobleza y suavidad. Fue un novillo para torear con grandeza. Duffaube no es muy habilidoso con el capote. La faena a ese primer bombón la planteó casi exclusivamente por el lado derecho en tandas templadas. A los pases les faltó ajuste y les sobró técnica. En el toreo de nuestros días se toca con violencia y se desplaza a los bureles. La técnica debe usarse si hace falta, pero nunca por sistema. La larga faena acabó con algunos naturales buenos y algunos enganchones. La oreja pareció muy benévola.

El mismo espada francés no remató su tarde en el cuarto, novillo que se picó en dos entradas al caballo, y bien que lo acusó en la muleta, donde se apagó antes que sus hermanos, aunque fue tan noble como ellos. Duffau sufrió un desarme y se puso a dar circulares en la segunda tanda. La faena no tomó nunca el vuelo y lo mató bien. Sin embargo, debió ser más ambicioso.

El salmantino Del Álamo realizó una faena muy completa con el magnífico sobrero lidiado en segundo lugar. El torero marcó bien su tauromaquia con muletazos de trazo largo, dejando bien colocada la muleta para ligar, para rematar con enormes pases de pecho. También fue una labor extensa, pero estuvo muy sobrado el de Salamanca que mató por lo alto.

El quinto fue el novillo de menos clase de la suelta. Además, fue manso. En un descuido lo cogió y le dio una voltereta sin consecuencias. El animal marcó su terreno y Del Álamo fue ahora un torero de rabia y garra. Cerca de las tablas fue cogido de nuevo de forma angustiosa y de nuevo salió indemne. No quedaron dudas sobre su entrega y valor. El que embistió fue el novillero, que así debe ser cuando uno quiere ser alguien en esta profesión. La espada se llevó un triunfo de mayor entidad.

El camero Esaú Fernández es un torero con temple y oficio. Así lo demostró en su primer astado, algo blando pero nobilísimo. En otra faena de largo metraje, Esaú templó mucho y ligó los pases alargado el viaje adelantando la pierna de entrada. La bondad del astado le permitió explayarse y acabar metido entre los pitones y con unas bernardinas emotivas. Mató de forma perfecta y, según los premios anteriores, debió cortar las dos orejas.

El burraco sexto fue noble y Esaú toreó bien por abajo con la izquierda en una faena en la que intentó al final las cercanías, tan de modas. Estuvo en novillero y no cortó la oreja por la decisión del palco que había regalado la primera de la tarde y permitió el cambio con sólo tres banderillas. Esaú dejó una buena impresión, dentro de la modernidad de su toreo, lo que siempre puede ser un problema.
 

A %d blogueros les gusta esto: