Torres Jerez se llevó el lote bueno de El Ventorrillo y las orejas de sus paisanos, que le quieren. Debió estar mucho mejpr. Ponce y Cayetano,simplemente discretos.

Cinco toros de El Ventorrillo y uno de Ortigao Costa, correctos de presencia y de juego variado. El de Ortigao, blando y reservón; el segundo, encastado y bravo; el tercero, noble; más desclasado, el cuarto; muy bueno, el quinto, y manso, el sexto

Enrique Ponce: pinchazo y estocada caída (saludos) y estocada corta baja (una oreja).
Torres Jerez: estocada baja (una oreja) y estocada (una oreja).
Cayetano: tres pinchazos y estocada muy trasera (saludos) y dos pinchazos y estocada trasera (palmas).

Plaza de Almería, 3ª de Feria. Tres cuartos de plaza. Torres Jerez salió a hombros.

Carlos Crivell.- Almería

Almería es una buena Feria, el toro sale en el tipo de su encaste, pero sólo le falta un poco de criterio en los trofeos. El hombre del palco es un buen hombre que vive en Almería y que no quiere problemas en su tierra. Le bastan unos cuantos pañuelos para sacar el suyo. Tiene que vivir con sus paisanos el resto del año y por una oreja más o menos no quiere disgustos.

Viene a cuento todo es todo por las orejas cortadas en el segundo y cuarto en esta primera corrida de la Feria de Almería. No sólo fueron productos de labores de escasa entidad, sino que se concedieron sin petición mayoritaria. Y fue tan descarado el asunto que Torres Jerez y Enrique Ponce no pasearon los trofeos que les otorgaron en dichos astados. Los mismos matadores, con su actitud, le venían a decir a la plaza que lo realizado no era para semejante premio.

Salieron tres toros buenos de El Ventorrillo, dos ellos el lote completo de Torres Jerez y el primero de Cayetano. Se podían haber cortado orejas con verdadera fuerza, pero los toros estuvieron por encima de sus matadores.

El toro de la tarde fue el segundo, bravito en el caballo y encastado hasta el final. El local Torres Jerez toreó bien a la verónica, limpia y clásica. El de Almería estuvo decidido, algo nervioso y brillante a ratos, sobre todo en algunos derechazos de trazo largo. Aún mejor fueron tres naturales, un pitón que el matador no acabó de exprimir. Fue una labor que mucho querer para poder a medias. El toro debió ser toreado en los medios, tal vez el viento fuera el culpable, pero estuvo por debajo del animal. La estocada fue baja y no paseó la oreja por el anillo.

El quinto fue otro buen toro. Más sereno, Torres Jerez anduvo bien en conjunto, de nuevo toreando mucho con la derecha, sobre todo en las primeras tandas, donde llevó las embestidas muy prendidas de la franela. El toro vino a menos, la faena se embarulló, pero el torero aprovechó en lo que pudo las buenas condiciones del toro de El Ventorrillo. Hay algo incuestionable. Torres Jerez torea poco, de forma que se puede decir que resolvió su tarde. No tenía más remedio que triunfar. La estocada fue buena y el premio fue más justo. Ahora el problema es que le sirva.

Enrique Ponce cortó la oreja del cuarto por una labor muy trabajada – eso de trabajar es algo que indigna al taurinismo- , pero fue un trasteo de muchos pases a un toro que siempre llevó la cara alta y que no repitió. Con pases sueltos, casi siempre en línea, y sin bajar la mano, Ponce toreó con la derecha como si fuera un funcionario desganado. Tenía su faena la impronta de la seguridad de un torero con oficio y solvencia, pero fue una faena sin rotundidad y plena de enganchones. El mismo Ponce desistió de su labor para matarlo, lo que hizo de forma eficaz pero defectuosa. Y todo eso valió una oreja.

Había estado voluntarioso con el primero, de Ortigao Costa, toro de poca calidad aunque noble. Fue otra faena de pases sueltos, más lucida cuando pisó el acelerador, pero lo hizo pocas veces. El toro acabó rajado y Ponce sin ganas de exprimirlo. Fue una tarde más del valenciano.

Cayetano toreó bien con el capote al tercero. Lances de buen juego de brazos, ganando terreno y rematando en el centro. Se empeñó en torear sólo con la derecha en tandas buenas, siempre con su excelente porte, aunque a su labor le faltó más profundidad. Marró con la espada una labor de trofeo seguro.

El sexto fue manso. Cayetano no se entendió bien con este toro. Hubo enganchones, rectificaciones de terreno, carreras entra pases y poco ajuste. El toro se rajó y le costó mucho matarlo. Por una cosa u otra, todavía no han visto a Cayetano en Almería.

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