Carlos Crivell.- Torres Jerez cortó tres orejas y se llevó el duelo con Ruiz Manuel. También lució la corrida de Benjumea, que lidió cuatro toros buenos con mención especial para los jugados en primero y tercer lugar.

Plaza de toros de Almería, 26 de agosto de 2015, 1ª de Feria. Menos de media plaza. Seis toros de Benjumea, bien presentados y de buen juego en general. Bravo el 1º; blando y noble, el 2º; bravo y noble, el 3º; noble y justo de fuerzas, el 4º; manso, el 5º; con poca clase pero móvil, el 6º. Ruiz Manuel, de marfil y oro, estocada caída (saludos); en el tercero, dos pinchazos y estocada (saludos); en el quinto, dos pinchazos y estocada desprendida (silencio). Torres Jerez, de nazareno y oro, estcaca desprendida (una oreja); en el cuarto, metisaca y estocada (dos orejas tras aviso); en el sexto, estocada (saludos). Salió a hombros.

Almería Ayer hizo 127 años que se inauguró esta plaza de toros de la ciudad de Almería, año de 1888, cuando Lagartijo y Mazzantini lidiaron una corrida del duque de Veragua. Un siglo y cuarto después, en la misma plaza, dos toreros de Almería se han enfrentado en un competido mano a mano. En la corrida de la inauguración se llenó la plaza hasta la bandera. Los toros cumplieron como bravos, según las crónicas, porque mataron 14 caballos.

Al cabo de siglo y cuarto, con dos toreros que se han retado, la plaza no se llenó ni la mitad. Por supuesto, y por fortuna, no murió ningún caballo. Sin embargo, al cumplirse esta efemérides, a la plaza almeriense han llegado toros bravos y nobles dentro del concepto actual del toro de lidia. La bravura de los de Veragua se medía por caballos muertos. La de los de Benjumea por su fijeza, capacidad para humillar y movilidad. Los dos matadores de Almería han gozado de una corrida para poder expresarse.

Ha ganado Torres Jerez porque dio siempre la impresión de que está más rodado que Ruiz Manuel. También es verdad que de una excelente corrida en el lote del más veterano han caído los menos buenos.

La corrida de Benjumea ha estado muy bien presentada. Es el camino de esta plaza para que vuelva a ser la mejor de segunda de las de Andalucía y una de las mejores de España. Además, dentro del concepto del toro de nuestros días, ha habido mucha calidad e incluso bravura. De todos, el tercero ha sido completo. El cuarto, noble y repetidor. El primero, bravo, con lo que ello significa. Solo los dos últimos han bajado el nivel. En fin, un lote de Benjumea, Núñez del Cuvillo puro, que pide para esta divisa los cosos de primera categoría.

Ruiz Manuel tropezó con el bravo primero. Se lució con el capote, tanto en el saludo como en el quite. La faena fue desigual; junto a tandas diestras de buen concepto, otras veces se dejó tropezar los engaños. Por la izquierda, mínimos intentos baldíos. Con el excelente tercero, un toro de bandera, Ruiz Manuel firmó una buena faena por ambos pitones. Apareció el torero de fino trazo, buen gusto y desmayo en los muletazos. Esa faena, que tenía premio, se quedó en nada por el mal uso de la espada.

En el quinto, posiblemente algo bajo de moral, Ruiz Manuel se enfrentó a un manso que fue el garbanzo negro del encierro. Faena para cumplir antes de volver a fallar con la espada.

Tores Jerez ganó porque salió a por todas desde el principio. En el primero de su lote, flojito y noble, exhibió recursos y muchas ganas. Se lució con el capote, mezcló tafalleras, saltilleras y cordobinas en el quite, para torear con mucho temple por ambos pitones. Le dieron dos orejas excesivas en el cuarto, pues si la faena fue vibrante de comienzo a fin, su forma de matar le inhabilitaba para el doble trofeo. Con un metisaca bajo por delante no es de recibo dar la segunda oreja. Todo en su labor fue de entrega. Los derechazos de rodillas del comienzo fueron el prólogo de una labor intensa y emotiva. Torres Jerez buscó el triunfo y lo alcanzó en el difícil toro cuarto, con la merienda sin digerir, pero consiguió que la plaza le prestara atención. Acabó de rodillas de nuevo y dicho queda que hubo metisaca, aviso, estocada y dos orejas.

Todo acabó con un toro que embistió con la cara alta y de forma algo desordenada. Ya con el éxito en sus manos, Torres Jerez lo recibió con lances rodilla en tierra y toreó mucho por la derecha aprovechando los viajes del de Benjumea. Al final, se fue a hombros.

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