Azpeitia1julioÁlvaro Pastor Torres.– Plaza de toros de Azpeitia (Guipúzcoa). Lunes 1 de agosto. Tercera y última corrida de la feria de San Ignacio. Casi lleno en tarde nublada con tímidas apariciones del sol. Saludaron tras parear al quinto Miguel Martín y Fernando Sanchez. La cuadra de caballos sevillana de Peña ha estado a gran nivel toda la feria. También muy bien la banda de música, con un repertorio muy del Sur.

Seis toros de Pedraza de Yeltes muy bien presentados con variadas hechuras y comportamientos, de buen juego en general. Destacaron el bravo y encelado primero, el noble segundo, el repetidor -aunque soso- tercero y el noblón sexto.

Rafaelillo (que sustituía al herido Manuel Escribano), de berenjena y oro. Estocada un punto trasera y dos descabellos (saludos tras aviso). Dos pinchazos y estocada un punto desprendida (saludos tras aviso)

Curro Díaz (de rosa palidísimo y oro). Pinchazo, estocada baja y dos descabellos (vuelta al ruedo). Pinchazo y estocada desprendida perpendicular (ovación).

Joselito Adame, de malva y oro. Pinchazo hondo, estocada algo desprendida y atravesada y descabello (silencio). Pinchazo y bajonazo (oreja)

Monosabios_azpeitiaEstá claro que el arte no entiende de… puntos cardinales. Iba a escribir fronteras, pero afortunadamente aún no, aunque me temo que todo se andará. Da igual que sea ocurra en el calurosísimo Sur o bajo el entoldado cielo norteño. El buen toreo gusta aquí y en Pekín. Curro Díaz, que lleva una buena temporada, abrió en el coqueto coso de Azpeitia su peculiar tarro de las esencias. Ya lo apuntó en una media desmayada en el recibo de su primero. Pero fue en la faena donde desplegó lo mejor de su toreo con una naturalidad unida al pellizco que hizo enloquecer pronto al entusiasta y entendido respetable. Clase magistral de torería por ambos pitones -aunque por el derecho rayó a mayor altura- donde combinó sabiamente el toreo fundamental con los adornos preciosistas. Lástima que la faena fuera de mucho a algo menos y no acertara con los aceros. Se esfumó el triunfo numérico pero quedó el perfume de la verdadera esencia.

Rafaelillo no tuvo su mejor tarde. Le costó mucho cogerle la medida al muy exigente primero y se vio apurado y hasta volteado con el serio y hondo quinto.

El mexicano Adame le pegó muchos pases al repetidor y sosote tercero, pero sin caldear el ambiente, y le cortó una oreja de bisutería al que cerraba tarde y feria, al que también le pegó un montón de muletazos.

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