Carlos Crivell.-La empresa Pagés reunió a la prensa para dar las explicaciones necesarias sobre las ausencias más que para sorprender con los carteles. Como ya es habitual, Eduardo Canorea afrontó los aspectos taurinos y Ramón Valencia se dedicó a los números. Los carteles son buenos, pero las ausencias de José Tomás y Perera son lamentables. En estos momentos, la mejor feria del mundo, que es la de Sevilla, no puede prescindir de estos dos toreros. Y si no han venido sólo hay dos explicaciones. O bien no han querido anunciarse en Sevilla, o es que la empresa no ha querido contratarlos.

La empresa explicó los pormenores de los intentos de contratación de ambos. Resumiendo, Perera se encerró en su petición del Domingo de Resurrección sin más opciones, mientras que la negociación con Tomás es más oscura. Se deduce que para torear en el Corpus puso como condición inexcusable que se anunciaran toros de Cuvillo. Es más difuso el asunto del ofrecimiento para el Domingo de Resurrección. La empresa dijo que por delante sólo podría ir Enrique Ponce, pero Boix discrepa y declara que no le ofrecieron esa fecha de apertura del calendario taurino sevillano.

El analista taurino debe escudriñar si es que los espadas no han querido acudir a Sevilla o es que la empresa no ha querido contratarlos. En el caso de Perera, la empresa ha querido contratarlo para cuatro corridas de toros, tres en la Feria y una en San Miguel. Es una buena oferta y Cepeda, apoderado del extremeño, debería haberla aceptado. Sin embargo, es muy respetable su decisión de pedir el tratamiento de número uno según sus logros en la pasada temporada. Ambas partes han tenido parte de razón, pero los toreros están para torear y la oferta de la empresa no era humillante para Perera, más bien al contrario.

Lo de José Tomás es distinto. No se puede entrar en valoraciones sobre lo del Domingo de Resurrección, donde las palabras enfrentadas no llevan a ninguna parte, pero sí en la corrida del Corpus. La exigencia de una corrida concreta, que saben el torero y su apoderado desde hace mucho tiempo que no está entre las contratadas, es una forma de llevar las cosas a una situación límite para forzar a la empresa para que no lo contrate. Se puede admitir que una figura del toreo mande en sus carteles, pero todo tiene un límite. ¿Sólo Cuvillo tiene garantías para que José Tomás toree en Sevilla? Vamos, hombre. Son ganas de enredar, dicho con el máximo respeto por la condición de fenómeno del espada de Galapagar.

Además, una cosa es mandar y otra este disparatado autoritarismo del que hace gala este diestro. No quiere televisión, que en estos momentos es absolutamente necesaria para la Fiesta, y quiere imponer un ganado que no es posible. Esta demanda de una ganadería concreta es un desprecio para El Ventorrillo, Jandilla, Zalduendo, El Torreón y algunas más que sí están en los carteles de Sevilla.

Si Tomás quisiera torear en Sevilla lo hubiera hecho, pero en un cartel digno, competitivo y serio. Las figuras mandan, pero dan la cara como todos lo demás. De Cayetano, mejor no hablar. Su imagen como torero debe ganársela en los ruedos. Todavía está por ver su capacidad como matador de toros.

Dicho esto, los carteles están ahí con sus aciertos y sus fallos. Entre los aciertos, la presencia de los demás espadas importantes del escalafón. Se contrata a toreros novedosos como Rafaelillo, Sergio Aguilar y Joselillo; se ha tenido sensibilidad con Luis Vilches; se apuesta por Daniel Luque con buen criterio; hay carteles muy rematados y luce entre ellos el del mano a mano de Morante y El Cid, los dos toreros de Sevilla en la actualidad. Y es bueno que Esplá venga este año, aunque aquí no tiene ni que despedirse porque es como si nunca hubiera venido, admitiendo su categoría torera. No desentonan Bolívar ni Bautista.

Y hay errores por omisión, como el tratamiento injusto para Salvador Cortés y el olvido de Oliva Soto, Diego Urdiales o César Jiménez. Hay presencias chirriantes, algunos ya pasados de edad y sin ningún respaldo de triunfos, que se mantienen ahí por la inercia de su popularidad o porque su volatilidad (palabras de Canorea) es menor (que quiere decir que lo apoderan taurinos con fuerza). Pero ya es la hora de recambiar nombres como Tejela, Conde, Barrera, Finito, Abellán, El Cordobés y otros que le quitan el puesto a verdaderas novedades. También parece excesivo el tratamiento de Talavante, que por su temporada pasada no se ganó tanta generosidad en esta cartelería.

Como siempre ocurre, esta feria será buena o mala al final, cuando se haga el balance según el juego del ganado y de los toreros. Sobre el papel, la Feria puede ser muy buena. Que no llueva y que haya suerte. 

A %d blogueros les gusta esto: